A casi seis meses de haber detectado el primer caso de coronavirus fuera de China, el mundo superó ayer los 6 millones de casos declarados, de los cuales dos tercios se encuentran en Europa y Estados Unidos, según el reporte del Instituto John Hopkins, de las 7 de la noche de ayer.

A esa hora se contabilizaban 6.054.187 contagios en el mundo y 368.711 decesos, mientras que la cifra de recuperados ascendía a 2.562.191, es decir el 42% del total global.

Europa es el continente más afectado con 2.135.170 casos (177.595 fallecidos), y en Estados Unidos, el país con mayor número de contagios (1.769.736) y de fallecimientos (103.472). Es en América Latina donde el virus avanza más rápidamente, con un aumento de más de 45.000 casos en las últimas 24 horas, que llevaron el total a 944.695 contagios y 49.230 decesos.

Sin pausa y con prisa han enfrentado la mayoría de los gobiernos del mundo el proceso para enfrentar a la pandemia, que centró su foco de infección en América Latina en las últimas semanas. Según expertos, no sirve de nada correr y acelerar los respectivos procesos de reapertura, pues con ello lo único que se generaría sería un rebrote, razón por la cual los mandatarios comenzaron a dejar salir a la población de manera gradual y, en la mayoría de los casos, separando la vida productiva de las actividades sociales.

El tiempo parece ser una de las mejores herramientas para adaptarse al coronavirus. En general, el mundo (salvo América Latina que se encuentra en el pico de la pandemia), logró salir de la etapa más compleja del virus y de a poco comienza a tomar un aire sin dejar a un lado la crisis sanitaria. Ahora viene la prueba de fuego, ya que, el planeta es consciente que no se puede eliminar la enfermedad y que por el contrario, se deben desarrollar una serie de estrategias para que la población logre adaptarse a ella.

Por supuesto, el camino para adaptar el mundo al virus no será fácil. En consecuencia, líderes como Donald Trump, Boris Johnson y Ángela Merkel, han hecho un llamado a la sociedad para que se mantengan los protocolos de bioseguridad para entrar lo más rápido posible en la llamada “nueva normalidad”.

Preocupaciones generalizadas

América Latina es ahora el foco de tensión, pues mientras que Europa y Estados Unidos superaron el pico de la pandemia, esta región lo sufre y con bastante fuerza.

En unas cortas semanas, Brasil se transformó en el segundo país con más contagios en el planeta y, pese a los esfuerzos de las autoridades sanitarias, no consigue frenar las cifras, que cada día se incrementan y generan temor en la ciudadanía, en especial en estados muy afectados como Sao Pablo.

A su vez, además de las duras cifras que tiene el gigante sudamericano, el constante pulso entre el Congreso y la Presidencia no le ha permitido a Jair Bolsonaro un manejo sencillo, aunque es importante recalcar que el mandatario brasileño ha logrado mantener su popularidad.

Ahora, los números de contagios no solo preocupan en Brasil. Estados Unidos tampoco ha conseguido reducir las cifras de afectados por Covid-19, incluso, llegó en el transcurso de la semana a sumar 100.000 decesos por coronavirus.

De la mano de Brasil y EU se encuentra Perú, que al igual del gigante sudamericano no ha superado el pico de la pandemia. Pese a que el gobierno alargó la cuarentena obligatoria hasta el 30 de junio, transformando así la medida en el aislamiento más largo del mundo, los casos de Covid-19 siguen en aumento y dejan a Lima como una de las ciudades más afectadas en el planeta.

Entretanto, otro de los países más afectados por el virus en los últimos días es Chile, que en el transcurso de la semana alcanzó el día con más contagios desde que llegó la pandemia. Las constantes protestas rivalizaron de nuevo a la ciudadanía con los carabineros, que se vieron obligados a entrar a dispersar una multitud cuando Santiago estaba en cuarentena.

Contrastes

Mientras que América Latina siente con fuerza la llegada tardía del virus, Europa y Asia gozan de los privilegios del reinicio de la nueva normalidad. Con la pandemia “controlada”, los diferentes gobiernos del viejo continente levantaron restricciones y la población volvió a salir a la calle, cuestión que no vivía hace seis semanas.

Sin afanes, la población volvió a estar en los parques, en las playas y en algunos recintos culturales siguiendo las normas impuestas por las autoridades sanitarias y reconociendo que la humanidad enfrenta una de las peores crisis de su historia. Con esperanza, los europeos pueden disfrutar del inicio del verano fuera de casa y con el entusiasmó de haber superado el pico del Covid-19.

 En otro orden de ideas, las multitudes en los medios de transporte y en las calles regresaron a la vida de metrópolis como Tokio y Seul, que desde hace un tiempo levantaron medidas y dejaron a la ciudadanía libre en las calles, optando por el estricto cumplimiento de las normas de distancia y salubridad.

Recuperados

El tiempo, de nuevo, generó en el transcurso de la semana un indicador positivo, ya que, alrededor del mundo se han recuperado 2.562.191 personas, según el instituto Johns Hopkins. La temprana detección de pruebas, junto con la obediencia por parte de los seres humanos afectados, son unos de los elementos que les permiten a las autoridades vislumbrar, en un futuro no muy lejano, un mundo que logre hacerle frente al Covid-19 con millones de pruebas diagnóstico diario.

El número de contagios no fue el único elemento que aumentó, los recuperados de coronavirus siguen subiendo y con su experiencia, pueden ayudar a miles de personas que aún no consiguen entender el funcionamiento y la magnitud de la pandemia.