Con una abstención por encima del 54%, de acuerdo con los resultados oficiales parciales de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas que se celebraron ayer, la coalición ¡Juntos! que apoya al presidente francés, Emmanuel Macron, obtuvo entre 230 y 240 escaños, lejos de los 289 necesarios para tener la mayoría absoluta.
"La bofetada", tituló el diario Libération junto a una imagen del mandatario liberal, que deberá buscar nuevos aliados en el Parlamento para poder sacar adelante su programa reformista, como el retraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años.
Con la mayoría absoluta en 289 escaños, la primera ministra Élisabeth Borne consideró un "riesgo" para el país estos resultados y prometió buscar desde el lunes "una mayoría de acción". "No hay alternativa a esta unión para garantizar la estabilidad", dijo.
Aunque la negociación es habitual en la mayoría de democracias a falta de una mayoría absoluta en el Parlamento, la nueva legislatura puede volverse un quebradero de cabeza para el oficialismo en Francia, acostumbrado a la apisonadora.
La coalición Nupes, liderada por Jean-Luc Mélenchon, obtendría entre 170 y 190 asientos y Agrupación Nacional, entre 75 y 95. Los Republicanos conseguirían entre 60 y 75 asientos, por lo que su apoyo podría ser clave para consolidar una mayoría de gobierno.
Se avizoran pactos
De hecho, algunos miembros del partido tradicional de la derecha francesa, Los Republicanos, quienes tienen los escaños necesarios para garantizar la gobernabilidad, ya ofrecieron su apoyo al presidente francés para acercar una mayoría de gobierno.
De hecho, fueron diversas las voces de esta colectividad las que plantearon la necesidad de llegar a acuerdos con la mayoría presidencial para acercar una mayoría absoluta que facilite la labor de gobierno tras los malos resultados logrados el día de ayer en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas. Otras voces, por el contrario, rechazan frontalmente dejar de hacer oposición.
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La dirigente de Los Republicanos, Rachida Dati, planteó que su formación "será un bloque decisivo" en la próxima Asamblea Nacional. "¿Estamos muertos? No hay pruebas", se preguntó Dati, quien resaltó el "amargo fracaso" de la coalición afín a Macron, ¡Juntos!
Dati se refirió también al exiguo margen por el que fue elegida diputada la primera ministra, Élisabeth Borne, por lo que llamó a Macron a "sacar consecuencias y cambiar a la primera ministra".
Y otra voz de Los Republicanos, la de Jean-François Copé, también pidió abiertamente un "pacto de gobierno" entre su formación y ¡Juntos! en un mensaje publicado en redes sociales.
"Durante semanas vengo repitiendo que es vital un pacto de gobierno entre Macron y Los Republicanos para luchar contra el auge de los extremos. Tanto la extrema izquierda como la extrema derecha son peligros absolutos para Francia. Encarnan una y otra violencia, tensión e intolerancia. Seguridad, gasto público, laicismo, reforma del Estado, ahora le toca a la derecha republicana salvar el país”, expresó a través de sus redes sociales.
Sin embargo, el presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, fue tajante: "Estamos en la oposición. Vamos a seguir en la oposición".
Punto aparte, en una de las primeras reacciones de los partidos del Gobierno, el ministro de Cuentas Públicas, Gabriel Attal, reconoció que estos resultados "están lejos de lo que esperábamos", pues los escaños que logró ¡Juntos! distan mucho de los 308 logrados en 2017 y cambian el color del segundo mandato presidencial de Macron.
Ahora Juntos no solo deberá convencer a sus compañeros de coalición, sino también a otros partidos, por lo que será necesaria "mucha imaginación", en palabras del ministro de Economía, Bruno Le Maire.
"Mayoría casi imposible"
Tras un primer mandato marcado por las protestas sociales contra su política hacia las clases populares, por la pandemia de coronavirus y los efectos de la guerra en Ucrania, el segundo mandato de Macron se avizora complicado.
"Es una mayoría casi imposible que necesitará un giro hacia Los Republicanos y posiblemente hacia una decena de socialistas no Nupes", indicó el experto del CNRS, Étienne Ollion, para quien esto podría dar lugar a una "reparlamentarización de la vida política".
La votación de ayer cerró un ciclo de comicios crucial para el rumbo de Francia por los próximos cinco años, pues la siguiente cita electoral será la de las elecciones al Parlamento Europeo en 2024. Estos serán dos años en los que los partidos podrán asentar la recomposición en curso.
La irrupción del presidente Macron en el 2017 sacudió el tablero político francés, que ahora se divide en tres bloques principales: izquierda radical, centro y extrema derecha, dejando en segundo plano a los partidos tradicionales de gobierno.
Evocando la experiencia de Miterrand
En la recta final de la campaña, la alianza de Macron advirtió del caos que supondría tener que gobernar con mayoría simple y, sobre todo, del "peligro" que supondría la llegada del frente de izquierdas al poder.
De no conseguir aprobar sus reformas, el mandatario podría disolver la Asamblea anticipadamente y convocar nuevas elecciones, como hizo el presidente socialista François Miterrand (1981-1995) en 1988.
Para los miembros del gobierno francés que optaban a un escaño, los comicios representaban un doble reto, porque deberán dimitir si pierden, según una regla no escrita. Tres se encuentran en ese caso, entre ellos Amélie de Montchalin, próxima a Macron.
El revés al presidente se traduce también por la derrota de líderes de su movimiento como el actual presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, o el presidente de su grupo parlamentario, Christophe Castaner.
"Derrota total" de Macron
Frente a los resultados de ayer, la primera fuerza de la oposición al gobierno francés será Jean-Luc Mélenchon (Nupes), quien destacó ayer que los resultados supusieron una "derrota total" de los partidos que apoyan al presidente Macron.
"Es una situación totalmente inesperada, absolutamente inaudita. La derrota del partido presidencial es total, y no surge ninguna mayoría. Hemos logrado el objetivo político que nos habíamos propuesto: derribar a quien con tanta soberbia había torcido el brazo de todo el país al ser elegido sin saber qué hacer", declaró Mélenchon en su primera intervención tras el cierre de urnas.
Agregó que el de ayer fue un "fracaso de la 'macronía', el fracaso moral de quienes dieron lecciones a todos". Además, reprochó que en hasta 52 contiendas de segunda vuelta Macron no optó por el frente republicano y no apoyó al candidato de Nupes frente a la extrema derecha.
La tercera fuerza política será, según las previsiones, el partido Agrupación Nacional, que supera por primera vez desde 1986 los 15 asientos necesarios para la formación de grupo parlamentario.
Tras conocerse las proyecciones, la líder del partido, Marine Le Pen, prometió "una oposición firme" pero "responsable" y "respetuosa de las instituciones. Nuestra única brújula es el interés de Francia y del pueblo francés", dijo Le Pen, quien apostó por la creación de un "grupo muy poderoso de diputados de Agrupación Nacional en la Asamblea".
"Es un tsunami. Quiero agradecer enormemente a los franceses que se han movilizado y han propiciado una ola azul marino. Empezamos a trabajar mañana por la mañana", dijo el presidente interino de Agrupación Nacional, Jordan Bardella. Así lo recogió la prensa francesa.