Un tribunal de Sao Paulo abrió este viernes otro juicio al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso en Curitiba (sur), por lavado de dinero al intermediar en un negocio en Guinea Ecuatorial, confirmó la defensa del exmandatario.
La jueza Michele Camini Mickelberg aceptó la denuncia presentada a finales de noviembre por la Fiscalía, según la cual Lula utilizó su "prestigio internacional" para influir en decisiones del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que beneficiaron al grupo brasileño ARG en ese país africano.
A cambio, según la denuncia, habría recibido un millón de reales (263.000 dólares al cambio actual) "disimulados" como donaciones para el Instituto Lula entre septiembre de 2011 y junio de 2012.
En su decisión, divulgada por la prensa local, la jueza consideró que "hay indicios suficientes" para "el inicio de una causa penal".
La defensa del expresidente (2003-2010) calificó la acusación de "frívola y desprovista de pruebas" y afirmó que es un nuevo paso en la "persecución que viene siendo practicada" contra él para impedir su vuelta a la política.
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En un comunicado difundido tras la denuncia de la Fiscalía, el Instituto Lula negó las acusaciones y aclaró que las todas las donaciones recibidas fueron legales, declaradas y sin contrapartidas.
Preso desde el 7 de abril, Lula cumple en la sede de la Policía Federal de Curitiba una condena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero, acusado de haber recibido un apartamento en el litoral de Sao Paulo a cambio de favorecer constructoras en contratos con la estatal Petrobras.
El expresidente, de 73 años, es investigado en otros cinco procesos ante la justicia brasileña. El icono de la izquierda latinoamericana se declara inocente en todos y víctima de una persecución política y judicial.