"No creo que haya habido tanto en el plato de un presidente entrante tan grande como el menú que me sirvieron a mí". Con esas palabras describió el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, los enormes “desafíos” que encaró en su primer año de gobierno, pero durante el cual, aseguró, también hubo “grandes progresos”.
En su segundo cara a cara con los periodistas en la Casa Blanca desde que llegó al poder, el mandatario demócrata respondió durante dos horas decenas de preguntas, alcanzando a hacer un balance de gestión, esbozando algunas de sus inmediatas prioridades, pero también admitiendo errores. Estos son algunas conclusiones de la rueda de prensa que ofreció en la tarde del jueves, en la antesala de cumplirse su primer año en el gobierno.
1. Un presidente muy reflexivo. Algunas veces combativo, otras jocoso y en la mayoría divagando en reflexiones sobre su gobierno, el presidente Biden respondió a las preguntas de los reporteros acreditados ante la Casa Blanca. Con un hablar pausado y muchas veces demorado para emitir palabra, se pudo apreciar a un hombre lúcido, pero también cansado, tal vez por lo prolongado de la rueda de prensa, más de dos horas. Tal vez fue por ello o por su intenso divagar mental para encontrar las palabras adecuadas, dada la trascendencia de las mismas, que en una de las respuestas sobre las tensiones con Rusia por la militarización en la frontera ucraniana, causó confusión cuando pareció sugerir que un ataque a pequeña escala de parte de Rusia tendría una reacción menos fuerte de parte de Occidente. La Casa Blanca rápidamente emitió una declaración en la que aclaraba que lo que quería decir era que cualquier invasión militar provocaría una respuesta "severa", mientras que las agresiones no militares, como los ataques paramilitares, recibirían una respuesta "recíproca".
2. Fuerte oposición. El presidente Biden reconoció los errores de sus primeros 12 meses en el cargo donde sostuvo encontró "desafíos", pero también "enormes progresos" y aseguró que no previó una obstrucción republicana tan fuerte contra su gobierno. Sin embargo, no hizo alusión alguna a la oposición que enfrenta dentro de su propio partido y que tiene algunas de sus iniciativas claves, como su gran reforma social y medioambiental por USD 1,750 billones de dólares. Dos senadores demócratas la tienen bloqueada por considerar que su costo es excesivo, al igual que fueron esos parlamentarios los que la misma noche de esta rueda de prensa, el pasado miércoles, hicieron con su voto negativo hundir la tan prometida y ambiciosa reforma electoral del mandatario. Hechos como éste evidencian que Biden no supo aprovechar, como lo reseñamos en editorial de esta semana, “el activo fijo superlativo que contaba a raíz de su experiencia de décadas en el Congreso…Se suponía que el trámite legislativo lograría una fluidez encomiable. No ha sido así…Ahora cualquier determinación gubernamental significa de antemano un camino enorme de dificultades por recorrer”. En esas mismas líneas se agregó “Es una lástima, por decirlo así, que Biden haya escogido la jefatura de su partido a la preminencia de la unidad nacional” y tras su conferencia de prensa así lo resaltaron algunos analistas.
3. No creo en las encuestas. Con una caída de más de diez puntos en su primer año de gobierno, el tema fue de obligatoria consulta en la conferencia de prensa. “No creo en las encuestas” fue la respuesta tajante al ser preguntado sobre sus índices de aprobación, los cuales se hundieron hasta el 40%, según el promedio de Real Clear Politics. Sin embargo, también señaló que, en general, todos los últimos presidentes de Estados Unidos han tenido en su primer año de gobierno, e incluso el segundo, entre el 40% y el 45%, como es su caso. Pero también se defendió contra interrogando “¿Pueden pensar en algún presidente que haya hecho tanto en un año? Al referirse a la lucha contra la pandemia y los millones de dólares de financiación del gobierno para salvar la economía, con ayudas sociales que se suspendieron hace una semana porque su prórroga está contemplada en los rubros del proyecto de gasto social Build Back Better (Reconstruir Mejor) que se encuentra frenado en el Senado.
4. Sudamérica, presente. Frente a una pregunta sobre por qué no había visitado Suramérica, Biden contestó que tanto en su desempeño como senador y de vicepresidente, una de sus funciones principales fue recorrer América Latina, a la que conoce bastante bien. Sostuvo que tiene un buen conocimiento de varios de los países de la región y que se mantiene al tanto de lo que acontece en el subcontinente americano en charlas con sus presidentes al igual que vive constantemente informado por los asesores que para la región tiene en el Departamento de Estado. Sugirió, al respecto, que su pretensión es hacer una gran alianza entre todos los países democráticos del hemisferio occidental para enfrentar las amenazas que se ciernen sobre el sistema a raíz de autoritarismos en algunas naciones. Y, en esa línea, este viernes al anunciar que la IX Cumbre de las Américas se celebrará en Los Ángeles del 6 al 10 de junio próximos, la Casa Blanca indicó que para cursar las invitaciones se sopesará “el compromiso con la democracia" de los líderes regionales.
5. ¿Hacia la reelección? En la misma conferencia de prensa, Biden dijo que Kamala Harris, su actual vicepresidenta, volvería a ser su fórmula para el 2024. Una declaración tan hipotética como ambivalente. No afirmó que vaya a buscar la reelección, aunque hace un mes sostuvo que si su antecesor, el republicano Donald Trump se postula, consideraría postular su nombre para seguir en la Casa Blanca. Sobre Harris alabó su ‘extraordinaria labor’, pero en realidad esta abogada que hace un año hizo historia al convertirse en la primera mujer en convertirse en vicepresidenta, no ha logrado grandes avances en los pocos encargos que se le han dado, como lo es el difícil tema de la migración ilegal.
6. Reconectarse con la prensa y la gente. Al presidente demócrata le han cuestionado su lejanía con la prensa ante los pocos eventos formales que ha realizado, como la conferencia de este miércoles, que fue la segunda en estos doce meses de gobierno. La primera la ofreció a los dos meses de llegar a la Casa Blanca. El presidente Donald Trump y el presidente Barack Obama dieron en su primer año de gobierno 22 y 27 conferencias de prensa, respectivamente, y 92 y 156 entrevistas. La Casa Blanca argumenta que Biden está más disponible para las sesiones informales de preguntas y respuestas, de las que ha tenido 216. Consciente de ello, Biden enfatizó que quiere salir de la Casa Blanca a recorrer el país, “para hablar con el público”. Quiere reconectarse con los periodistas y las personas “para dejarlos medir mi sinceridad”. Pero, agregó, que “me encuentro en una situación en la que no tengo la oportunidad de mirar a la gente a los ojos, tanto por el covid como por la situación en Washington”.