De hecho, según el informe publicado la Unicef, el riesgo para los menores es mayor que el mismo conflicto
Un informe publicado por el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) alertó que la falta de agua potable es más mortal que las balas para los niños en las zonas de conflicto.
La Unicef aseguró que los niños menores de 15 años que viven en países afectados por la guerra tienen en promedio casi tres veces más probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el agua y saneamiento que por la violencia directa.
La Unicef señaló que unos 800 millones de niños viven en zonas vulnerables o afectadas por conflictos, y uno de cada diez habita en contextos extremadamente frágiles.
“Quienes viven en estas condiciones tienen tres veces más probabilidades de defecar al aire libre; son cuatro veces más propensos a carecer de servicios básicos de saneamiento y ocho veces más propensos a carecer de agua potable”, advirtió la agencia adjunta de la ONU.
El documento de la ONU manifestó que a pesar de que el derecho al agua potable y al saneamiento hace parte de la Convención sobre los Derechos del Niño, junto con la alimentación y la atención médica, los conflictos están privándolos cada vez más de estas garantías.
"Los ataques a los sistemas de agua impactan directamente a los niños. Cuando se detiene el flujo de agua limpia, estos se ven obligados a depender del agua insalubre, lo que los pone en riesgo de enfermedad. Es común que durante los conflictos haya ataques deliberados e indiscriminados para destruir la infraestructura del agua, herir al personal y cortar la energía que mantiene el sistema hidráulico", dijo Kelly Ann Naylor, directora adjunta de Unicef para Agua, Saneamiento e Higiene.