La derecha global lanza un manifiesto desde Madrid | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE argentino Javier Milei fue la estrella del Viva Vox 2024, el domingo en Madrid, evento que se posicionó como uno de los más importantes para la derecha mundial -o, al menos, occidental-/Archivo Europa Press
Martes, 21 de Mayo de 2024
Pablo Uribe Ruan*

No era un evento cualquiera y, por eso, en la pantalla aparecía Giorgia Meloni y Victor Orbán. Atentos a sus palabras, que invitaban a la unión de los “conservadores del mundo”, la francesa Marine Le Pen compartía la primera fila con Santiago Abascal, el mismo que intercambiaba señales con el líder de la derecha chilena, José Antonio Kast y Andrés Ventura, el recién elegido primer ministro de Portugal.

Madrid, el domingo pasado, con Javier Milei como máxima estrella, celebró el “Viva VOX 2024”, un evento que ha generado tensiones diplomáticas entre España y Argentina, por las declaraciones de Milei sobre la presunta corrupción de la esposa de Pedro Sánchez. Pero, más allá de las diferencias entre países, este evento se ha convertido en uno de los más importantes para la derecha mundial -o, al menos, occidental- y se suma a otros foros como el CPAC en Estados Unidos.

¿Un movimiento conservador y ultra?

Un día antes de que todos estos líderes de la derecha mundial aterrizaran en Madrid, varios medios en España y el mundo anunciaron el “Viva VOX” como un evento “ultra” o “de la derecha dura”. Estas etiquetas, sin embargo, dejan poco campo para los matices y las diferencias políticas y doctrinales entre diferentes actores de la derecha, que son ante todo un grupo heterogéneo de líderes con pocas cosas en común, salvo su oposición férrea contra el socialismo.

En ideas, ¿en qué coincide Javier Milei con Marine Le Pen o Santiago Abascal? Es fácil decirlo: en pocas cosas. El periodista libertario, Federico Losantos, en su programa en la emisora “Libertad Digital”, de Madrid, se ha hecho una pregunta similar. El proyecto liberal del presidente argentino está lejos de coincidir con las propuestas proteccionistas de Abascal o Le Pen, que suelen decir que la mejor manera de proteger a los productores de sus países es mediante normas que regulan la economía, algo con lo que Milei, seguramente, está totalmente en desacuerdo.

Le Pen o Meloni coinciden con Orbán en muchos temas, entre ellos declarar ilegal la “subrogación” de vientres, la eutanasia y la adopción por parte de parejas LGBTQ. En contraste, Milei está a favor de todo ello y cree que en ese tipo de decisiones el Estado no debe intervenir. Aunque, antes de abordar otros temas, vale decir que el libertario argentino está en contra del aborto, como el resto de los líderes de derecha. Desde una lectura jurídica y política, no es fácil entender como está de acuerdo con unas cosas y con otras no. Pero es así.

Las diferencias entre estos sectores de derecha se profundizan en temas económicos, como se ha dicho inicialmente. La lógica que define la política económica de la derecha “patriótica” europea es la libertad económica concebida como una forma de tener autonomía de la Unión Europea para tomar sus propias decisiones locales y poder, como repiten varios líderes, aranceles y regulaciones con el objetivo de proteger a sector como los agricultores o las industrias nacionales. Milei no puede estar más en desacuerdo con esto. Para él, la libertad se define a partir de cuatros pilares, siguiendo la definición de Banegas Lynch, y entre ellos está la libertad -absoluta- de mercados, sin intervenciones, sin “un mundo asfixiado de estatismo”.

El domingo pasado Milei, luego de cantar “yo soy el léon”, este acostumbrado canto que lo acompaña desde la campaña de 2023, ha repetido que “la libertad es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo (…) y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”. Mientras tanto, Le Pen, Ventura o Abascal lo miraban con gusto y escepticismo a la vez. ¿Es esa su lectura de la libertad la que comparten todos ellos? ¿El libertarismo tiene que ver en algo con la visión patriótica de Le Pen? Cuesta creerlo.

Desde hace dos años, VOX, el partido español que ha organizado el evento, viene enfrentando un cisma con la salida de la mayoría de los políticos liberales o libertarios, como Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona y Rubén Manso, como consecuencia del auge del ala conservadora liderada por Abascal y sus aliados Jorge Buxadé e Ignacio de Hoces. Este contraste es aplicable a este análisis: por un lado, está Milei y, por el otro, Le Pen, Ventura y Meloni.

Batalla cultural y migración

Ahora bien, las diferentes tendencias de la derecha occidental coinciden, con sus distintas vertientes, en varias cosas. Una de ellas es en la batalla cultural. Como decía Agustín Laje, en entrevista con Camilo Noguera, publicada en El Nuevo Siglo en marzo, “hay que unirse en medio de las diferencias”.

La batalla cultural es la forma como la derecha occidental enfrenta el programa político, social, cultural y económica de la izquierda internacional, materializado en organizaciones internacionales, la agenda 2030 y algunos medios de comunicación. “Me dicen, ¿cómo va a hablar así de otros mandatarios internacionales? Yo digo: la batalla cultural es un compromiso inalienable”, dijo Milei, el domingo.

"Muchas gracias Javier Milei por el susto que le has pegado a todos los zurdos de Occidente y por entender perfectamente la batalla cultural”, ha dicho Abascal. “Nunca se olviden de que los malditos socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos", gritó Milei ante el fervor de los asistentes.

A su paso, José Antonio Kast, seguro candidato presidencial en las elecciones en Chile el próximo año, dijo: “Boric es “travesti político”, “no es una falsedad”, porque “hace un par de años estaba en las calles insultado a militares y policías y hoy se arrodilla frente a las viudas de los policías que han asesinado durante su gobierno, eso es hipocresía”.

La batalla cultural apunta directamente a la izquierda y, para enfrentarla, plantea un renacimiento de las ideas conservadores y liberales (libertarias), sin puntos medios. En su libro “Yo soy Georgia, mis raíces, mis ideas”, Giorgia Meloni explica lo que es ser de derecha: “Tener sentido de realidad y del presente, pero también del pasado: tradición, memoria”, escribe. Durante su intervención el domingo, la primera ministra de Italia ha dicho que “los conservadores son los protagonistas del renacimiento de Europa”.

Si la derecha el pasado fin de semana coincidió en dar la batalla cultura, la migración también es otro de sus grandes frentes. “Los patriotas debemos ocupar Bruselas si queremos defender las fronteras de Europa”, con estas palabras cerró su discurso, Victor Orbán.

La migración es el centro del discurso de la derecha europea, por encima de cualquier otro tema. Para Le Pen, zonas enteras de Francia “ya no están bajo el control del Estado”. “Las llamadas 'zonas sin ley'”, afirmó, “en realidad son zonas regidas por leyes distintas a las francesas”.

Con diferencias inocultables, la derecha occidental -en su ala más dura- se ha reunido una vez más en Madrid para dejar claro que existe un movimiento global dispuesto a dar la batalla cultural contra el socialismo, defender los valores tradicionales y tomar medidas más duras contra la migración.

*Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.

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