"Reconstruir mejor, reconstruir más verde, reconstruir más rápido". Esa fue la promesa lanzada por el primer ministro británico Boris Johnson al presentar un ambicioso plan inspirado del "New Deal" estadounidense. Un plan que, financiado con 5.000 millones de libras, busca sacar al Reino Unido de la crisis en que lo sumió el Covid-19, un virus del que hasta el premier fue víctima, ya que, como se recuerda, se contagió, estuvo hospitalizado y terminó recuperándose completamente.
Con la actitud decidida que lo caracteriza y su usual estilo de apostar en grande y formular propuestas que sorprenden a propios y extraños, Johnson fue directo: "es hora de un enfoque 'rooseveltiano' en el Reino Unido", refiriéndose a la política estatal de recuperación puesta en marcha por el recordado mandatario de Estados Unidos para salir de la Gran Depresión de la década de los 30 el siglo pasado.
"Es el momento de ser ambiciosos" y "no sólo nos recuperaremos, sino que avanzaremos, más fuertes, mejores y más unidos", afirmó el Primer Ministro en un discurso desde el centro de Inglaterra, una de las zonas que impulsaron su aplastante victoria en las elecciones de diciembre.
En aquella campaña ya se había comprometido a inyectar cuantiosos presupuestos en los servicios públicos para reducir una desigualdad galopante. Tras un confinamiento de tres meses a causa de la pandemia, que golpeó duramente a los británicos en materia de contagios y víctimas fatales, este impulso económico es más necesario que nunca.
El coletazo económico es muy fuerte. Por ejemplo, ya en abril, tras el confinamiento impuesto en el país el 23 de marzo y levantado progresivamente desde hace un mes, las restricciones habían provocado una caída del 20,4% del PIB británico, un récord histórico. También es claro que sin una ayuda decidida del Gobierno, el desempleo podría alcanzar niveles de la década de los 80, superando el pico de 3,3 millones de parados.
Escuelas, hospitales, viviendas
Al lanzar su plan, Johnson se mostró determinado a tomar el toro por los cuernos con este esquema masivo de inversiones y la promesa de que el país no volverá a la austeridad impuesta tras la crisis financiera de 2008.
"Este Gobierno no está solo comprometido a derrotar del coronavirus, sino a usar esta crisis para enfrentar finalmente los grandes desafíos no resueltos del país en las últimas tres décadas", afirmó.
De allí que prometió "construir viviendas, reparar la sanidad pública, abordar la crisis de formación, cerrar la brecha de oportunidades".
Como se dijo, el plan va acompañado de 5.000 millones de libras (6.130 millones de dólares), de las cuales 1.000 millones estarán destinados a la mejora de escuelas y 1.500 millones a los hospitales. El programa de reconstrucción de escuelas comenzará en el curso 2020 y 2021 e incluirá inicialmente 50 proyectos.
Johnson prevé también modificar el sistema de planificación urbana para abordar la crisis de vivienda.
Gracias a esta reforma, que el Gobierno espera esté lista en septiembre, los locales comerciales, incluidas las numerosas tiendas que cerraron por la crisis, podrán, por ejemplo, convertirse en hogares con mayor flexibilidad.
Esta reforma estará acompañada de un paquete de medidas que incluyen un programa por 2.000 millones de libras para ayudar a la construcción de 180.000 nuevas viviendas asequibles en los próximos 8 años.
"No soy un comunista"
"No soy un comunista", afirmó Johnson, anunciando también su intención de impulsar iniciativas privadas, especialmente en innovación tecnológica. "Podemos ser una superpotencia científica", aseguró.
"Lo que vamos a hacer en los próximos meses es duplicar nuestro programa original que se centró en inversiones en infraestructura, educación, tecnología, para unir al país", aseguró.
"Todo el mundo entiende que cuando salgamos de esto habrá tiempos difíciles, pero el Reino Unido es una economía increíblemente dinámica y resistente y vamos a salir adelante muy, muy bien", afirmó Johnson.
Adicionalmente la próxima semana deben reabrir sus puertas los pubs y restaurantes así como la mayor parte de los sectores de la hostelería y la cultura de Inglaterra, cerrados desde el 20 de marzo.
La estrategia para "reconstruir" el país, que fue anunciada en un discurso pronunciado en la ciudad de Dudley, entre Wolverhampton y Birmingham, se puso como norte revertir la situación de aquellas partes del país "que sienten que han sido dejadas de lado".
Asimismo señaló que “es también la labor del Gobierno crear las condiciones para el libre mercado. Y sí, por supuesto que aplaudimos por nuestro sistema de salud nacional, pero este Gobierno también aplaude a aquellos que lo hacen posible: innovadores, creadores de riqueza, capitalistas y financieros".
Johnson ha mencionado que además de los 1.000 millones de libras para proyectos de reconstrucción y reforma de escuelas en un plazo de diez años, también habrá una inversión de 900 millones de financiación para proyectos de infraestructuras locales y otros 760 millones de libras para reparar y expandir los centros de formación profesional.
El resto de la financiación irá destinada a inversiones en la digitalización de los juzgados, mantenimiento de las prisiones y aceleradoras de inversiones para la mejora de parques, asfaltado y transporte en más de un centenar de ciudades británicas.
A pesar de las críticas que ha recibido el plan por parte de sectores de oposición, la gestión y empuje del mandatario en temas como el Brexit son pruebas de su gestión y la forma en que con concreta lo que propone. Como se recordará, el actual Primer Ministro fue uno de los impulsores de la consulta popular que, en 2016, decidió afirmativamente sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea y ha sido él quien, ya como premier, ha logrado desentrabar y avanzar en las negociaciones sobre la salida y el futuro tratado de comercio con el bloque comunitario.