Un mes después de la reanudación progresiva de la actividad en Italia, ayer ese país reabrió sus fronteras y espera con la llegada del verano, salvar su industria turística, un sector clave de su economía socavado por la pandemia.
"El país vuelve a vivir", anunció el ministro para los Asuntos regionales, Francesco Boccia, quien recordó el "sacrificio de todos" y en particular de los trabajadores del sector de la salud.
Los aeropuertos de Roma, Milán y Nápoles han sido abiertos para los vuelos internacionales, entre ellos a Madrid, Barcelona y Nueva York.
Varios pasajeros circulaban en las salidas y entradas del principal aeropuerto de la capital, Fiumicino, donde al menos 30 vuelos estaban programados, constató la AFP.
Las góndolas pueden surcar los canales de Venecia, los enamorados imaginarse que son los nuevos "Romeo y Julieta" en los balcones de Verona. Desde el lunes, el Coliseo de Roma o los Museos del Vaticano reciben de nuevo a los visitantes.
En la hostelería temen que los turistas no lleguen este año a Italia, uno de los países de Europa más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus que ha dejado más de 33.500 muertos, con Lombardía (norte) como el epicentro europeo de la pandemia.
El gobierno autorizó también a partir de este miércoles 3 de junio la libre circulación entre las 20 regiones, pero se mantienen las prohibiciones de grandes congregaciones y la obligación de llevar mascarilla en los lugares cerrados y en los transportes públicos.
"Regreso a mi casa después de tres meses de espera", contó una joven de Calabria (sur) que esperaba que le tomaran la temperatura en la estación central de Milán.
Según las autoridades el flujo de trenes y automóviles por las autopistas de la península resultaba regular.
La crisis sanitaria "no ha terminado", alertó el martes, día de la fiesta nacional, el presidente de la República, Sergio Mattarella, que elogió la "unidad" de su país ante el "enemigo invisible".
Desde Codogno, en Lombardía, donde surgió el virus a mediados de febrero en Italia, Mattarella exhortó al país a levantarse con la "solidaridad y valentía" que demostró en estos tiempos difíciles.
El jefe de la diplomacia italiana Luigi Di Maio anunció que viajará este fin de semana a Alemania, Eslovenia y Grecia para tratar de convencerlos de que Italia es un país seguro para los turistas. Este miércoles tiene previsto recibir a su homólogo francés Jean-Yves Le Drian.
"Italia está preparada para recibir extranjeros, con seguridad y con la máxima transparencia sobre las cifras", aseguró Di Maio.
Las personas que lleguen a Italia procedentes de Europa no tendrán que aislarse, a menos que hayan viajado recientemente de otro continente.
Solo 40 de los 1.200 hoteles de Roma han abierto, explicó el lunes el Corriere della Sera, y solo una docena en Milán, ya que los propietarios consideran que es demasiado caro abrirlos para que permanezcan vacíos./