IRÁN ESTÁ dispuesto a negociar con Estados Unidos si este levanta sus sanciones contra Teherán, anunció el presidente iraní Hasan Rohani, cuyo jefe de la diplomacia aseguró la víspera haber rechazado una invitación para reunirse con Donald Trump.
"La República Islámica de Irán es favorable a las negociaciones y, si Estados Unidos quiere realmente hablar, antes que nada tiene que levantar todas las sanciones", declaró Rohani en televisión, sin precisar sobre qué tratarían estas negociaciones.
Después de retirarse en mayo de 2018 del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015, Washington restableció una serie de sanciones económicas contra Teherán, acusado de desestabilizar la región. Desde entonces, las tensiones van en aumento entre ambos países.
Irán dejó de cumplir en julio de algunos compromisos del acuerdo y amenaza con continuar si los demás Estados parte (Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia) no le ayudan a evitar las sanciones estadounidenses, que asfixian a su economía.
El presidente iraní afirmó que Teherán estaba dispuesto a negociar aunque Estados Unidos ya no forme parte del acuerdo.
"Quieran o no formar parte del JCPOA [las siglas del acuerdo de 2015] tienen que decidirlo ellos", dijo Rohani.
"Si quieren discusiones, deben allanar el camino. El camino que lleva a ellas pasa por el arrepentimiento. No hay otras vías", insistió, y estimó que "la paz con Irán es la madre de todas las paces" y "la guerra con Irán, la madre de todas las guerras".
En respuesta, el embajador estadounidense para Desarme Robert Wood, aseguró que el presidente estadounidense Donald Trump "estaba dispuesto a sentarse y tener una discusión con Irán". "No estamos seguro de que Irán quiera tener esta discusión", estimó, sin embargo.
El lunes, el canciller iraní Mohammad Javad Zarif confirmó informaciones según las cuales había rechazado una invitación para reunirse con Trump, pese a las amenazas de sanciones.
Desde mayo, la tensión fue creciendo entre Washington y Teherán tras varios sabotajes y ataques de navíos en el Golfo –Estados Unidos responsabiliza de estos a Irán, que lo desmiente– y la destrucción de un dron estadounidense por parte de Irán.
El derribo de este dron, que entró en el espacio aéreo iraní según Teherán, hizo temer un conflicto.
Trump, que envió soldados suplementarios a la región, afirmó que había anulado en el último minuto un ataque de represalias contra Irán.
"Si quieren seguridad, si sus soldados quieren seguridad en la región, [entonces acepten] la seguridad a cambio de seguridad", dijo Rohani.
Poco después, el ministro iraní de Defensa, el general Amir Hatami, presentó tres nuevos tipos de misiles teledirigidos de precisión, y aseguró que probaban la capacidad de Irán de defenderse ante "la perfidia y las conspiraciones" estadounidenses.
En este contexto, la captura por parte de Irán de tres petroleros extranjeros en el Golfo en menos de un mes avivó la presión.
El segundo barco interceptado, un buque sueco con bandera británica, tuvo lugar 15 días después de que las autoridades británicas capturaran el 4 de julio un petrolero iraní frente a Gibraltar (sur de España).
"Es imposible que el estrecho de Ormuz esté libre para ustedes y que el estrecho de Gibraltar no lo esté para nosotros", afirmó Rohani.