PARA precautelar la seguridad y “evitar el caos”, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, decretó este jueves el "estado de excepción" en todo el país ante fuertes protestas sociales que se registran por el alza de hasta 123% en los precios de combustibles.
"Con el fin de precautelar la seguridad ciudadana y evitar el caos, he dispuesto el estado de excepción a nivel nacional", dijo el mandatario a la prensa tras liderar una reunión de gabinete en Quito.
La medida estará vigente durante 60 días, lo que permite la Constitución antes de extenderla por otros 30.
Bajo el estado de excepción se puede establecer al territorio ecuatoriano como zona de seguridad, suspender o limitar derechos como el de la libre movilidad o imponer la censura previa para la prensa. También autoriza al gobierno a emplear a militares y policías en el control público y disponer el cierre de puertos, aeropuertos y pasos fronterizos.
El gobierno de Moreno está en el centro de la ira popular por cuenta del desmonte de los subsidios al diésel y la gasolina en función de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que condujeron a un incremento de la tarifas de hasta el 123%.
El mandatario enfrenta las primeras consecuencias del convenio que suscribió con el FMI en marzo para obtener créditos ante el elevado endeudamiento público de la dolarizada economía.
Moreno avisó a los manifestantes que no permitirá "imponer el caos". "Ese tiempo ya pasó, ese tiempo se acabó. Debemos abandonar esa costumbre que linda con lo miserable, de tratar de imponer criterios y peor todavía con actos vandálicos y actos de violencia", agregó.
Entre tanto, sectores del transporte como el de pasajeros paralizaron ayer sus actividades en Ecuador por el desmonte de los millonarios subsidios que el gobierno ordenó en función de un acuerdo con el FMI.
"Hoy el Ecuador está viendo cómo un grupo particular defiende sus intereses y paraliza el país", lamentó el ministro de Economía, Richard Martínez, añadiendo que "lo que estamos haciendo es sincerar los precios, retirar un subsidio, un regalo que estaba haciendo el Estado".
Ante la paralización de "algunos gremios del transporte", el Ejecutivo suspendió las clases. "¡Rechazamos este tipo de medidas!", expresó la presidencia en un comunicado.
"Mientras no se dé marcha atrás en las alzas de los combustibles, nosotros no dejaremos de protestar", dijo Carlos Guzmán, dirigente de una cooperativa de taxis que se manifestaba en La Marín, en el centro viejo de la capital.
Miles de pasajeros se las ingeniaban para movilizarse a través del sistema municipal de transporte, que operaba con normalidad, pero es insuficiente. Una situación similar se registraba en Guayaquil, en el suroeste y núcleo comercial del país, según imágenes de televisión.
Organizaciones de indígenas y sindicales también prevén protestar contra los aumentos de los combustibles que hasta el miércoles eran los más baratos y más utilizados en Ecuador, que afronta problemas económicos.
La cotización del galón americano de diésel pasó ayer de 1,03 dólares a 2,30 dólares y la de gasolina corriente, de 1,85 a 2,40 dólares, comprobó la AFP en surtidoras de Quito.
Los precios quedaron sujetos a los del mercado una vez que el presidente Lenín Moreno eliminara el martes los subsidios para esos combustibles, que demandaban unos 1.300 millones de dólares al año. Hace un año ya liberó el de la gasolina premium, que ahora cuesta 3,15 dólares el galón.
La medida es parte de reformas tributarias y laborales que el gobierno impulsa en función del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de marzo para conseguir créditos por 4.209 millones de dólares en medio de serios problemas financieros.
El sector del transporte demanda que se dejen sin efecto los aumentos o compensaciones económicas. "Que reconsidere y derogue" los aumentos, declaró Abel Gómez, líder nacional de los transportistas.