El Partido Conservador del primer ministro Boris Johnson obtuvo el viernes una histórica victoria en Hartlepool, bastión laborista del noreste de Inglaterra, en unos comicios complejos con mucho en juego que pueden resultar cruciales para la unidad del Reino Unido.
Según los primeros resultados anunciados tras las elecciones del jueves, la candidata conservadora a un escaño vacante en el Parlamento de Westminster, Jill Mortimer, obtuvo 15.529 votos, casi el doble que su adversario laborista Paul Williams.
Es la primera vez desde que este escaño se creó en 1974 que Hartlepool, localidad integrada en el "muro rojo" izquierdista del desindustrializado norte de Inglaterra, elige a un diputado de derechas.
"Es un resultado muy alentador", dijo Johnson a la prensa durante una visita oficial. "Creo que eso se debe realmente a que nos hemos centrado, como gobierno, en las prioridades de la gente y en recuperarnos de la pandemia", agregó.
Estas elecciones, que suman comicios municipales y regionales además del escaño nacional de Hartlepool, son la primera prueba electoral para los conservadores tras la entrada en vigor del Brexit y la irrupción del coronavirus.
Johnson fue inicialmente muy criticado por su gestión errática de la crisis sanitaria pero que ahora ve su popularidad impulsada por el éxito de su campaña de vacunación.
"Demoledor" para la izquierda
Para el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, este resultado es un mal presagio de cara a las elecciones generales de 2024.
Cuando tomó las riendas de la formación hace un año, tras el fracaso electoral de su predecesor Jeremy Corbyn en las legislativas de 2019, Starmer prometió encarrilar al partido que había perdido entonces numerosas localidades del "muro rojo" frente a los conservadores.
Pero, tras la esperanza, le está costando convencer.
"Este es un resultado demoledor para los laboristas, absolutamente demoledor. Y que una ciudad como Hartlepool, que ha sido laborista durante medio siglo, esté ahora en manos de los conservadores es desgarrador", dijo a la BBC el responsable laborista de Comunidades Locales, Steve Reed.
Así, pese a los 127.000 muertos por covid-19, el mayor balance de cualquier país europeo, y los recientes escándalos de amiguismo y posible corrupción, el controvertido primer ministro británico aprobó con buena nota su primer examen electoral.
"No lo olvidemos: Johnson logró el Brexit, el primer ministro es popular entre quienes votaron por salir de la Unión Europea, el gobierno conservador gastó sumas astronómicas durante la pandemia y supervisó una campaña de vacunación muy exitosa", además "la economía se está recuperando", analizó Jane Green, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Oxford, en Twitter.
Le queda sin embargo a Johnson una prueba mucho más importante que superar: el impulso que los independentistas esperan lograr en Escocia, donde se votó un nuevo parlamento regional en el marco de un "superjueves" que reunió gran número de elecciones, en su mayoría retrasadas por la pandemia.