El primer ministro francés Jean Castex instó a sus conciudadanos y al Estado a "no bajar la guardia" frente a un aumento de contagios de Covid-19, para evitar un "reconfinamiento generalizado", y llamó al uso generalizado de mascarillas en lugares públicos.
Castex hizo un llamado a "todas las francesas y franceses a permanecer muy vigilantes", durante su paso por Lille, donde el uso de la mascarilla es obligatorio a partir de ahora en algunos lugares públicos abiertos, y Roubaix, ambas en el norte y cercanas a la frontera con Bélgica.
"El virus no está de vacaciones, y nosotros tampoco. Es necesario protegernos contra este virus, sobre todo sin detener la vida económica y la vida social, es decir evitando la perspectiva de un reconfinamiento generalizado", explicó.
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En algunas regiones francesas, "se constata un aumento en las cifras de la epidemia que debe llevarnos a estar más atentos que nunca", insistió Castex, que no respondió a ninguna pregunta.
"Pido a todos los franceses permanecer muy vigilantes pues la lucha contra el virus depende, por supuesto, del Estado, de las colectividades locales, de las instituciones, pero también de cada uno de nosotros", añadió.
Castex ha multiplicado sus desplazamientos desde que asumió su cargo a comienzos de julio.
En la Agencia regional de salud, el doctor Patrick Goldstein, jefe del departamento de emergencias y del servicio de urgencias regional, enfatizó que "la dinámica es muy inquietante, hay que 'cazarla' absolutamente".
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El discurso de las autoridades francesas ha evolucionado con el paso de las semanas (y según se han ido conociendo datos científicos), pasando de un uso de la mascarilla "inútil para cualquiera en la calle" a hacerlo obligatorio en los lugares públicos cerrados desde el 20 de julio, y ahora en algunas zonas públicas abiertas.
El primer ministro, se paseó por el centro de la ciudad. Preguntado en varias ocasiones, no habló con ningún transeúnte, pero sí con comerciantes y policías.
"¡Lo lograremos! Es un asunto de todos. ¡Ganaremos!", destacó durante un intercambio de palabras con policías. "Es del interés de todos hacer esto, no es para molestarlos. Y también habrá que poner un poco de firmeza con aquellos que se niegan a entender", añadió, antes de visitar un centro de detección de Covid-19 y un taller de fabricación de mascarillas.
En cuanto a la oposición de izquierda, la senadora de Europa Ecología Los Verdes (EELV) Esther Benbassa criticó ante medios "los mensajes contradictorios" del ejecutivo. A su parecer, "al depender de las autoridades locales" para tomar medidas, "el gobierno evita el tema espinoso" de la gratuidad de las mascarillas.
"Sí a la mascarilla obligatoria y sí a las mascarillas gratuitas, para hacerlas accesibles" a todos, tuiteó por su parte el secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel.
Por toda la geografía francesa ya hay lugares donde el porte de la mascarilla es obligatorio: localidades alpinas como Chamonix, balnearios atlánticos como Biarritz o Saint-Malo, ciudades en el interior como Tours, o en el Mediterráneo como Niza, en camino de aplicarlo.
El nuevo coronavirus ha provocado más de 28.400 decesos en Francia según la Universidad Johns Hopkins considerada como una de las mejores fuentes para seguir las estadísticas de la pandemia.