Un pie de guerra. Así pareciera que están varias de las grandes potencias contra los gigantes tecnológicos que años atrás, por su músculo económico, capacidad de penetración en el día a día de la humanidad e incluso oposición a someterse a regulaciones nacionales sobre libre competencia, manejo seguro y transparente de los contenidos en la web y respeto a los derechos humanos, empezaron a ser catalogados como una especie de “estados supranacionales” intocables e inmunes.
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Sin embargo, tras muchos años de denuncias e intentos de ‘meter en cintura’ a estas multinacionales tecnológicas, en los tres últimos meses se pasó de la intención a la acción.
Ya el pasado 20 de octubre el gobierno de Estados Unidos inició un proceso judicial contra Google por mantener un "monopolio ilegal" en las búsquedas y publicidad en internet, solicitando cambios "estructurales" que abren la puerta a una posible fragmentación de la compañía.
El fiscal adjunto del Departamento de Justicia, Jeffrey Rosen, dijo que el caso iniciado junto a 11 estados apunta a la posición monopólica de Google en el ecosistema digital.
La demanda iniciada en Washington propone que la corte considere una serie de soluciones, entre ellas una posible fragmentación de la empresa. Pide "prohibir a Google" las prácticas monopólicas y considerar "el alivio estructural necesario para curar cualquier daño" a sus competidores.
Google calificó la demanda como "profundamente viciada". "La gente usa Google porque lo elige, no porque se vea obligada a hacerlo o porque no pueda encontrar alternativas", señaló Kent Walker, consejero general de la multinacional.
La demanda fue presentada después de meses de investigaciones por parte de agentes antimonopolio federales y estatales en el país, que buscan verificar el poder del gigante tecnológico, y pesquisas paralelas a otros titanes como Amazon, Facebook y Apple.
El comportamiento de estas empresas ha desatado la ira tanto de los funcionarios conservadores, que las acusan de parcialidad; como de los progresistas, preocupados por las infracciones de la ley de competencia y el fortalecimiento de las desigualdades.
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No se sabe qué hará el gobierno Biden que asumirá el próximo 20 de enero, pero se intuye que también seguirá la línea de ‘meter en cintura’ a los gigantes tecnológicos.
De hecho, a mediados de noviembre, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, atacó a Facebook, al afirmar que la red social es "parte del problema" de las campañas de desinformación en línea.
Ya a finales de octubre los jefes de las grandes compañías tecnológicas defendieron la ley estadounidense que les protege de la responsabilidad por el contenido publicado por terceros, antes de una audiencia en la que los senadores reprocharon a las empresas de Silicon Valley su manejo de las redes sociales.
Apretón europeo
Ayer el turno de ‘apretar tuercas’ le tocó al viejo continente. La Comisión Europea lanzó formalmente una propuesta de dos proyectos de ley para poner "orden en el caos" de los servicios y mercado digitales.
La propuesta de los proyectos de ley "creará servicios seguros y confiables, y protegerá la libertad de expresión", dijo Margrethe Verstager, vicepresidenta de la Comisión Europea.
"Ahora tenemos un aumento de tal magnitud en el tráfico de datos en línea que precisamos hacer reglas para poner orden en el caos", recalcó.
El objetivo del proyecto es enfrentar mediante regulación fenómenos como discursos de odio divulgados en gran escala, desinformación, liquidación de los pequeños comercios o la creación de gigantescos conglomerados que eliminan la competencia.
Este ambicioso proyecto está compuesto básicamente por dos leyes complementarias, sobre regulación de los servicios y los mercados digitales respectivamente.
El punto crítico de la propuesta es la definición de criterios para clasificar una plataforma como "sistémica", o "guardián", firmas de tal tamaño que eliminan la competencia y básicamente actúan al margen de las normativas existentes.
Además de los cinco titanes de la sigla GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft), quedarían en esa categoría Booking, Alibaba, Bytedance (TikTok), Snapchat y la firma de teléfonos móviles Samsung.
Empresas preocupadas
Google expresó ayer mismo su preocupación ante la propuesta de una nueva legislación lanzada por la Comisión Europea, ante el temor de que aparentemente se limite a afectar a "un puñado de empresas".
"Estudiaremos detenidamente las propuestas realizadas por la Comisión Europea en los próximos días. Sin embargo, nos inquieta que parezcan dirigirse específicamente a un puñado de empresas", señaló en una nota Karan Bhatia, vicepresidente de relaciones institucionales de Google.
Por su parte, Neal Mohan, director de productos de YouTube (una empresa del grupo Google), aseguró que la prioridad de la firma es "proteger a nuestros usuarios, creadores y anunciantes".
"También estamos comprometidos a asegurarnos de que YouTube siga siendo un lugar donde los creadores y la economía creativa puedan prosperar, y seguiremos defendiendo los intereses de los creadores", apuntó en una nota.
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El conjunto de propuestas aún tendrá que ser negociada en el Parlamento Europeo y posteriormente en los estados miembros del bloque.
"Hemos llegado a un punto en el que el poder de las empresas digitales, especialmente el de las mayores plataformas, amenaza nuestras libertades, nuestras oportunidades e incluso nuestra democracia", había expresado Vestager en la víspera.
Francia y Holanda ya se han pronunciado a favor de que Europa tenga todas las herramientas necesarias para controlar a los 'guardianes' o "plataformas sistémicas", incluido el poder para dividirlas.
Es más, el regulador francés de internet anunció el jueves pasado que había multado a Google y a Amazon con 100 y 35 millones de euros respectivamente (120 y 42 millones de dólares) por no cumplir con la legislación sobre cookies (rastreadores de publicidad).
En ese mismo país, a finales de noviembre unos 70 grupos del sector digital, entre ellos los gigantes Google y Facebook, se comprometieron en el marco del colectivo "Tech For Good", iniciado por el presidente francés Emmanuel Macron, a "asumir sus responsabilidades" fiscales mediante una "justa contribución a los impuestos" en los países donde operan.
Unos días antes, Francia también había confirmado que aplicará un impuesto a las grandes empresas del sector digital en 2020, pese a las amenazas de Estados Unidos de aplicar en represalia aranceles sobre productos galos.
Vanguardia
Durante la última década, la UE se ha colocado a la vanguardia en todo el mundo al tratar con el poder insuperable de los gigantes tecnológicos, imponiendo miles de millones de euros o dólares en multas antimonopolio contra Google.
De hecho, ayer Irlanda, en su calidad de principal regulador de la protección de datos digitales en la Unión Europea, anunció haber multado con 450 mil dólares al estadounidense Twitter por no proteger adecuadamente la información personal de sus usuarios.
Los gigantes digitales estadounidenses se establecieron en Irlanda atraídos por una fiscalidad ventajosa, por lo que corresponde a Dublín supervisarlos en nombre de la UE.
Esta sanción es, sin embargo, mucho más baja de lo previsto, ya que el régimen actual permitía que Twitter fuese multado con el equivalente al 4% de su volumen de negocios mundial anual, es decir hasta 140 millones de dólares sobre la base de unos ingresos de 3.500 millones de dólares en 2019.
Sin embargo, muchos críticos opinan que se ha hecho poco para cambiar el comportamiento de esas firmas.
La UE también ordenó a Apple que pague miles de millones de euros en impuestos atrasados a Irlanda, pero esa decisión fue anulada por la instancia judicial suprema del bloque.