La guerra en Medio Oriente puede seguir escalando, después de que Irán lanzara ayer más de 200 misiles contra Israel, en un ataque sin precedentes por parte del régimen de los ayatolás.
Desde una incursión total en el sur del Líbano de tropas israelíes, hasta un ataque aéreo a las bases nucleares iraníes por parte de Israel y la respuesta de Irán con la fabricación de armas nucleares, pueden ser algunos de los escenarios en los que se desarrollaría el escalamiento.
Sobre estos escenarios, Bilal Saab, exfuncionario del Pentágono, en diálogo con The Wall Street Journal, ha dicho que: “La posibilidad de una mayor escalada de este conflicto regional tiene más que ver con lo que quiere Israel y menos con lo que hace Irán”. “Israel siente que ésta es una ventana única para herir a todos sus adversarios y posiblemente asestarles un golpe mortal”, comenta.
En manos de Netanyahu
El ataque de Irán ayer ha llegado en un momento crítico para Benjamín Netanyahu. Solo 15 días atrás, más de 100.000 personas habían marchado en su contra en Tel Aviv pidiendo la liberación de los más de 100 rehenes que siguen en manos de Hamás y su propio partido, el Likud, venía discutiendo en el Parlamento apoyar su destitución. Sin embargo, con el ataque de Irán y las retaliaciones de Hezbolá, el presidente de Israel toma un nuevo aire y retoma la iniciativa, luego de haber perdido legitimidad y apoyos en los últimos tres meses por la brutalidad de sus tropas en Gaza.
Bajo el argumento de la defensa propia, tras recibir la ‘lluvia’ de centenares de misiles y ser objeto de un atentado terrorista este mismo martes en Tel Aviv, que dejó seis muertos, Netanyahu podría autorizar la incursión terrestre de sus tropas en el sur del Líbano esta semana, un operativo que no se ha llevado a cabo por la oposición de los Estados Unidos que insiste en que este movimiento escalaría la guerra hacia un escenario más complejo. Esto, como parte de su campaña para eliminar el grupo terrorista Hezbolá.
La prensa israelí (I24 y Haaretz) ha comentado la misma noche de ayer que el ministro de Guerra de Israel, Yoav Gallant, estuvo en la frontera norte con el Líbano para reunirse con las tropas terrestres que pertenecen a la Brigada 188 y la Brigada Golani, esta última encargada de liderar la incursión terrestre en el sur del Líbano. Preguntado sobre la muerte de Sayyed Hassan Nasrallah, Gallant ha dicho que: “Es un paso muy importante, pero no lo es todo. Utilizaremos todas nuestras capacidades, y si alguien en el otro bando no entiende lo que eso significa, debe ser consciente de que usted forma parte de este esfuerzo”.
El grupo terrorista libanés ya ha designado a Sheikh Qasem, en reemplazo de su máximo líder por 30 años, Nasrallah, muerto en el bombardeo israelí el pasado viernes en el sur de Beirut, donde tenían lugar parte del centro de operación de este grupo.
Más allá
La muy posible incursión en el sur del Líbano puede ir acompañada de una acción en contra de Irán. En su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas el viernes pasado, Netanyahu dejó claro que “si nos atacan, nosotros atacaremos”, en un mensaje que buscó disuadir fallidamente a Irán de no lanzar misiles contra Israel, situación que se corroboró ayer.
Con el lanzamiento de los misiles, Irán ha atacado directamente a Israel, sin tener que realizar maniobras por medio de sus proxys (aliados no-estatales) como Hezbolá, el Estado Islámico, Hamás y los hutíes de Yemen. Es la primera vez en once meses que lo hace, a pesar de que en mayo un dron dirigido por el ejército de Israel había matado al máximo líder de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hassan Sayyad Khodaei, una organización militar leal al régimen de los ayatolás.
¿Irán podría presentar el lanzamiento de los 200 misiles como una retaliación por la muerte de Khodaei? Sí, pero esto no es lo que ha entendido Israel. Para los analistas internacionales, todo pasa por lo que esté pensando Netanyahu y su gabinete, que como se vio la misma noche de ayer, considera que Israel ha sido atacada y tiene todo el derecho a defenderse.
Con base en ese argumento, Israel no solo respondería en el frente del sur del Líbano, sino que posiblemente también podría aprovechar el momento de respaldo local e internacional para activar un ataque directo contra las bases nucleares de Irán, donde lleva décadas produciendo energía de este tipo.
Irán, reacción
Aunque Israel tiene una capacidad militar mayor, Irán no descarta tomar acciones que vayan más allá del lanzamiento de misiles, casi siempre controlados por el escudo antimisiles de Israel.
En los últimos días, funcionarios del gobierno de los ayatolás han dicho que Teherán estaría pensado en desarrollar armas nucleares a través de las centrifugadoras que purifican uranio, una capacidad denunciada desde hace décadas por la ONU y los Estados Unidos. Los mismos hombres del régimen también han insinuado que el ayatolá Ali Jomeini, líder supremo, podría revocar una fatwa (edicto religioso), que hasta el momento prohíbe la fabricación de armas nucleares.
Lejos cese al fuego
Este complejo escenario aleja un posible cese al fuego entre Hamás e Israel y añade nuevos actores que han entrado en el conflicto, generando un eventual escenario de guerra total en Medio Oriente.
Las muertes de Nasrallah y Ismail Haniyeh, aunque estratégicas para golpear a Hizbolá y Hamás, también hacen más difícil que se dé una mesa de negociación entre Israel y los nuevos líderes de estos grupos terroristas, novatos y quizá más extremistas.
Si Israel logró firmar los Acuerdos de Oslo con la Autoridad Palestina, en 1992, fue porque detrás de todo este esfuerzo estaba Yaser Arafat, un líder que jugó entre la clandestinidad y la legalidad, pero siempre tuvo la capacidad de convocar a su gente y sentarse con los presidentes israelíes, como recuerda Oden Bisharat, en Haaretz, un medio de Israel.
Esta vez, esa puerta se ha cerrado al mismo tiempo que una escalada en Medio Oriente parece inminente, como parte del plan de Netanyahu para cambiar las fuerzas de poder en la región, posicionando a Israel junto con Arabia Saudí y terminando con el “Eje del Mal” liderado por Irán.