Estados Unidos anunció el lunes una reducción drástica del tope de refugiados que recibe como parte de su política de reasentamiento, a 30.000 en 2019, un mínimo histórico, informó el gobierno de Donald Trump.
Esta cifra es menor al máximo de 45.000 instaurado para el año fiscal 2018, que termina el 30 de septiembre, pero mayor al número real de refugiados reasentados el año pasado, que fue de unos 21.000.
Es la cifra más baja en el programa de refugiados del Departamento de Estado desde que éste se instituyó en 1980.
"La política de refugiados de este gobierno sirve al interés nacional de Estados Unidos, y amplía nuestra capacidad para ayudar a los necesitados en todo el mundo", aseguró el secretario de Estado, Mike Pompeo, al informar la decisión en rueda de prensa.
"Somos y seguiremos siendo la nación más generosa del mundo", añadió.
El nuevo tope apenas supera la cuarta parte de los 110.000 establecidos por el expresidente Barack Obama para el año fiscal 2017.
La cuota se inscribe en la política migratoria del presidente Trump.
"Seguiremos ayudando a los más vulnerables del mundo sin perder nunca de vista nuestro primer deber: servir al pueblo estadounidense", dijo Pompeo.
Pompeo dijo que los cientos de miles de solicitudes de asilo, la mayoría de mexicanos y centroamericanos, son una carga para el sistema que evalúa las solicitudes.
También dijo que el gobierno tenía que tener más cuidado de no admitir posibles criminales y terroristas.
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"Este año tuvimos evidencia de que el sistema que funcionaba antes era defectuoso", dijo. "Permitió ingresar a un ciudadano extranjero que más tarde se descubrió que era miembro de (la organización yihadista) Estado Islámico, así como a otras personas con antecedentes penales".
Según las cifras del Departamento de Estado, hasta el 14 de septiembre, dos semanas antes del final del año fiscal 2018, Estados Unidos había admitido a 20.825 refugiados, menos de la mitad de la cuota de este año.
De ellos, 9.566 eran de África, 3.418 de Asia Oriental, 3.706 de Medio Oriente y Asia Meridional, 3.279 de Europa, y 856 de América Latina y el Caribe.
Estados Unidos fue criticado por recibir este año a unos pocos refugiados sirios de los cientos de miles afectados por la devastadora guerra civil que estalló en 2011.
Pompeo dijo que Estados Unidos procesa actualmente los pedidos de más de 280.000 solicitantes de asilo, que se suman a otros 800.000 que ya aguardan la adjudicación de las suyas.
Pero la mayoría de estos corresponde a solicitantes que cruzaron la frontera del suroeste de Estados Unidos desde América Central, a quienes el gobierno de Trump califica como inmigrantes económicos a los que no se les debería permitir quedarse.