LA UNIÓN Europea (UE) reafirmó su apoyo al desarrollo de Cuba y destacó su validez como interlocutor en América Latina, a pesar de las presiones de Estados Unidos por el respaldo de La Habana a Venezuela.
"En los tiempos inciertos que vivimos, valoramos mucho que nuestros socios, como es el caso de Cuba, compartan nuestros compromisos con el multilateralismo y con un sistema internacional basado en normas", dijo en español la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en la apertura en La Habana del segundo Consejo Conjunto Cuba-UE.
Mogherini, que encabezó el evento junto al canciller cubano Bruno Rodríguez, llegó a la isla el domingo para iniciar una gira regional que incluirá a México y Colombia, con la situación en Venezuela en la agenda.
Desde 2008, la UE "ha comprometido 200 millones de euros para apoyar el desarrollo de Cuba" en agricultura sostenible, seguridad alimentaria, medio ambiente y cambio climático, "así como para acompañar la modernización del país", sostuvo. "Cuba es un socio clave para nosotros", añadió, "porque puede servir como puente entre América Latina y los países del Caribe".
En tanto Rodríguez reconoció que gracias a esta cooperación "hubo avances" en temas como fuentes renovables de energía, agricultura, enfrentamiento al cambio climático y cultura, así como en el intercambio de expertos para la modernización de la economía cubana.
Bruselas y La Habana firmaron el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) en diciembre de 2016, un mes antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y lo ratificaron en noviembre de 2017, cuando comenzaron relaciones plenas, sorteando diferencias en temas sensibles como los derechos humanos.
"Estamos en el mejor momento de la relación entre Cuba y la Unión Europea de los últimos 25 años. Antes estuvo estancada durante 20 años, de 1996 al 2016, por la Posición Común de la UE, y desde 2016 nos hemos encontrado con mucho respeto", dijo a la AFP Alberto Navarro, embajador de la UE en La Habana.
En un primer encuentro el domingo, Mogherini y Rodríguez abordaron "las nuevas medidas de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba", según tuiteó el canciller cubano.
Trump ha recrudecido el embargo que Washington aplica contra Cuba desde 1962, revirtiendo el acercamiento que inició su antecesor Barack Obama. En vísperas de la llegada de Mogherini, Estados Unidos anunció nuevas restricciones sobre el envío de remesas y la prohibición de transacciones bancarias.
En esas línea, Trump activó en mayo el título III de la Ley Helms-Burton, congelado desde su promulgación en 1996, que permite demandar en tribunales estadounidenses a empresas extranjeras que administren bienes nacionalizados en Cuba por la revolución de 1959.
"Es necesario que la Unión Europea defienda y mantenga su enfoque propio" en su diálogo con Cuba, dijo el español Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado para Iberoamérica, a la vez que alertó de los peligros que representa la aplicación de la Helms-Burton para las empresas de su país.
"Resulta primordial establecer un diálogo de la Unión Europea con Cuba en el ámbito regional. La UE quiere jugar un rol constructivo", dijo.
El bloque europeo es el principal inversionista en Cuba y su mayor socio comercial, con un intercambio que superó los 3.470 millones de dólares en 2018.
Washington justifica sus nuevas presiones alegando que Cuba es el sostén de Nicolás Maduro en Venezuela, principal aliado político y económico de la isla.
Caracas es también su primer suministrador de petróleo y el país donde trabajan más de 20.000 médicos, paramédicos y maestros cubanos, cuya labor deja sustanciales ingresos a la isla.
La UE encabeza un Grupo de Contacto de varios países para contribuir a una solución pacífica de la crisis de Venezuela. /