El Salvador compró sus primeras 400 monedas bitcóin y será el primer país del mundo en reconocerla como moneda legal, en medio de un fuerte escepticismo y advertencias de economistas y organismos financieros internacionales.
"El Salvador acaba de comprar 200 monedas nuevas. Ahora tenemos 400 bitcóin", destacó el presidente Nayib Bukele en un mensaje en Twitter escrito en inglés.
Los 400 bitcoins este lunes se cotizaban en cerca de 21 millones de dólares, según la aplicación de intercambios de criptomonedas Gemini.
Horas antes, Bukele había destacado que "mañana, por primera vez en la Historia, todos los ojos del mundo estarán puestos en El Salvador".
El gobierno de Bukele asegura que la polémica medida contribuirá a la bancarización de la población y evitará una pérdida de 400 millones de dólares en las remesas que los salvadoreños envían desde el extranjero y que representan el 22% del PIB, aunque algunos expertos lo cuestionan.
En El Salvador, que dolarizó su economía hace dos décadas, la mayoría de los 6,5 millones de salvadoreños rechaza el bitcóin impulsado por Bukele y prefiere seguir usando el billete verde, según las últimas encuestas.
"Ese bitcóin es una moneda que no existe, es una moneda que no va a favorecer a los pobres sino a los acaudalados, porque uno de pobre, ¿qué puede invertir, si a duras penas tenemos para comer?", dijo a la AFP José Santos Melara, un veterano de la guerra civil (1980-1992) que el viernes participó en una protesta contra la criptomoneda.
Siete de cada 10 salvadoreños señalaron estar "en desacuerdo o muy en desacuerdo" con el bitcóin, que circulará a la par del dólar, indicó un reciente sondeo de la Universidad Centroamericana (UCA) que consultó a 1.281 personas a mediados de agosto.
Un 65,7% de los más de 1.500 consultados en otro sondeo del diario La Prensa Gráfica dijo desaprobar la criptomoneda.
La directora del Instituto de Opinión Pública de la UCA, Laura Andrade, asegura que la población se resiste al bitcóin porque no lo considera una vía para mejorar su situación económica.
"Son decisiones [de forma] inconsulta que ha tomado esta administración en conjunto con los legisladores, y que vemos que no percibe la gente un impacto positivo para transformar de manera significativa sus condiciones de vida", explicó Andrade a la AFP.
El sondeo de la UCA indicó que un 65,2% de la población no está interesada en descargar la billetera electrónica "Chivo" necesaria para hacer compras y ventas en bitcóins, y no está de acuerdo en que el gobierno otorgue el equivalente a 30 dólares como estímulo a los usuarios de la criptomoneda, como ha decidido.
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Pero Jorge García, un peluquero de 34 años que usa el bitcóin hace tres años, cree que "tiene futuro" y espera que "suba su valor".
La Asamblea Legislativa, afín a Bukele, aprobó en junio la ley bitcóin y a fines de agosto avaló un fideicomiso de 150 millones de dólares para garantizar la "convertibilidad automática" del bitcóin al dólar.
La ley establece que el tipo de cambio entre el bitcóin y el dólar "será establecido libremente por el mercado" y obliga a "aceptar bitcóin como forma de pago".
El gobierno instala a través del país más de 200 "puntos Chivo", cajeros automáticos de bitcóin, algunos custodiados por el Ejército para prevenir posibles daños a manos de opositores.
"Alta volatilidad"
Economistas y organismos como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son escépticos sobre la adopción del bitcóin como moneda de curso legal junto al dólar.
Tendrá un "impacto negativo" en las condiciones de vida de la población dada la "alta volatilidad del precio de la cotización", e "incidirá en precios de los bienes y servicios", asegura el economista Óscar Cabrera, de la Universidad de El Salvador.
Lidiar con el bitcóin será como "la tormenta perfecta en la cual venimos en el Titanic y nadie va manejando", dijo a la AFP Cabrera, expresidente del Banco Central de Reserva de El Salvador.
El hecho de que su cotización sea determinada "exclusivamente por el mercado" torna al bitcóin "altamente volátil", alertó la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
La Fundación considera además "inconstitucional" que se imponga "la aceptación obligatoria del bitcóin como forma de pago cuando sea ofrecida" en cualquier transacción económica.
Alentado por una elevada aprobación ciudadana, pero criticado por varias medidas consideradas autoritarias y que afectan la independencia entre los poderes del Estado, Bukele defiende su decisión y ha tildado de "torpe" a la oposición por "meterle miedo" a la población sobre la criptomoneda.
Estados Unidos ha pedido a El Salvador que tenga un uso "regulado", "transparente" y "responsable" del bitcóin, y "que se proteja de los actores malignos".