La huelga de hambre contra la repostulación del presidente boliviano Evo Morales que arrancó hace dos semanas en cinco regiones, se debilitó este miércoles tras la decisión de dirigentes civiles de tres regiones de suspenderla.
El ayuno voluntario de activistas anti-Evo arrancó hace dos semanas en cinco de las nueve ciudades principales del país y en un momento llegó a unos 150 personas. En Santa Cruz, Tarija y La Paz la protesta finalizó entre el lunes y este miércoles, pero persiste en Sucre y Cochabamba con un grupo reducido de individuos.
"Se ha cumplido el objetivo de sensibilizar más a la población y se ha logrado, porque la gente quiere que se respete la democracia", afirmó Víctor Hugo Valda, uno de los activistas que estuvo en huelga en Santa Cruz.
Empero, anunció que las "medidas se radicalizarán" a principios de enero próximo, pues arguyó que Morales, en el poder desde 2006, atenta contra la democracia con una tercera candidatura consecutiva para el período 2020-2025 desconociendo un referendo de 2016 que rechazó una postulación.
El oficialismo responde de manera frecuente que en noviembre de 2017 el Tribunal Constitucional lo habilitó nuevamente, arguyendo que era su derecho humano hacerlo.
La protesta, que ya no tiene la fuerza del principio, fue criticada por el ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, que señaló que los huelguistas no generan propuestas para un mejor país.
Los opositores "utilizan pretextos como el tema del respeto al referéndum 21F (21 de febrero de 2016)" y "no han generado ninguna propuesta programática alternativa, solo gritan 'Bolivia Dijo No' y realmente parece que la oposición se encontraría en el pasado", dijo la autoridad.