Desde el inicio de la pandemia, médicos y epidemiólogos constataron que el coronavirus afectaba de manera más aguda a las personas que padecen enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Ante esta evidencia el Reino Unido presentó este lunes un plan contra la obesidad, que incluye restricciones en publicidad de “comida basura” y transparencia sobre la carga de calorías de los alimentos.
"Sabemos que la obesidad acentúa el riesgo de las enfermedades y de morir por coronavirus, por este motivo es vital que adoptemos las medidas para mejorar la salud de nuestra nación y proteger el NHS (sanidad pública británica)", aseguró el ministro Matt Hancock.
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La campaña "En mejor salud", "invitará a la gente a que adopte un estilo de vida más sano y que pierda peso si lo necesita".
Las medidas anunciadas incluyen la prohibición de los anuncios televisivos y en internet de la “comida basura” antes de las nueve de la noche, un horario "en que los niños son más susceptibles de verse expuestos", además obliga a los restaurantes y cadenas comida rápida con más de 250 empleados a precisar el número de calorías en sus menús.
Por otra parte los supermercados también tendrán que acabar con sus promociones de alimentos grasos y azucarados y "se prohibirá que ubiquen estos productos en espacios claves de las tiendas, como delante de las cajas o en la entrada".
La administración de Johnson promocionó este plan, que estará dotado con 10 millones de libras, con la publicación de un vídeo del Primer ministro en que hablaba de su "lucha" contra sus kilos de más.
Según datos gubernamentales, el 63% de los británicos tienen sobrepeso y el 28% padecen obesidad. Asimismo uno de cada tres niños, sufre un peso excesivo.
“Cuando usted hace la compra, es justo que tenga acceso a la información adecuada sobre la comida que come, para ayudar a la gente a tomar las decisiones correctas", estimó Hancock. También se amplían los servicios del NHS dedicados a la pérdida de peso y se insta a los médicos de cabecera a "prescribir el ejercicio físico" a los pacientes.
"Perder peso es difícil, pero con algunos pequeños cambios, todos podemos sentirnos más delgados y con mejor salud", declaró Johnson, que estima que esto permitiría "protegerse del coronavirus" y "aliviar la presión sobre el NHS".
Situación mundial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera reiterada ha alertado sobre la gravedad de la situación y asegura que la obesidad es una enfermedad que se ha convertido en un problema de salud pública alrededor del mundo.
Según datos del organismo, en el planeta hay más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años con sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones son obesos. Agrega que alrededor de 2,8 millones fallecen por situaciones relacionadas o generadas por esta condición lo que la ubica como la quinta causa de mortalidad en el mundo.
En cuanto a los menores de edad la OMS asegura que más de 380 millones de niños, tienen sobrepeso, entendido como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
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Lo más grave es que esta situación desencadena otras enfermedades físicas y mentales. Según la OMS la obesidad causa enfermedades cardiovasculares, (la principal causa de muerte en el mundo desde 2002), diabetes, problemas musculo-esqueléticos (especialmente osteoartritis) y algunos cánceres. Además muchas personas son obesas desde niños, lo que representa un problema mayor, puesto que se ha calculado que su gasto sanitario a lo largo de su vida, en Estados Unidos podría ascender a más de 15.000 dólares adicionales a los que se invierten en una persona que no se encuentra en esta situación.
Por otra parte, en países como España se dedican unos 5.000 millones de euros al año en enfermedades relacionadas con el tratamiento de la obesidad. En donde el sobrepeso supone un 70% de los costos de los tratamientos de diabetes, 23% de los destinados a las enfermedades cardiovasculares y del 9% de los destinados a tratar el cáncer.
Asimismo la OMS estima que de aquí a 2050, se producirán 92 millones de muertes prematuras relacionadas con enfermedades ligadas con la obesidad y varios países sufrirán caídas en su índice de esperanza de vida debido a este padecimiento entre los que vale mencionar a México (-4,2 años), Rusia (-3,9) y Estados Unidos (-3,7).
Buena decisión
El Reino Unido tiene una población más obesa que la mayoría de los países europeos. El anuncio del gobierno de Johnson es un nuevo impulso para ayudar a las personas a “tomar el control de su propio futuro al perder peso, mantenerse activos y adoptar un estilo de vida más saludable”.
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Considerando que esta condición agrava el índice de mortalidad del coronavirus y que el Reino Unido dedica 6.430 millones de euros anuales a tratar enfermedades derivadas del sobrepeso, tiene sentido una política como la planteada, sobre todo si se repara en que esto es más que los 4.150 millones de euros que gasta en enfermedades derivadas del tabaquismo o los 1.130 millones de euros dedicados a las que produce el alcoholismo.
Campañas como la británica ya han sido promovidas por otros gobiernos del globo para mejorar la salud de sus ciudadanos y evitar la carga presupuestal sanitaria adicional.
Entre ellos se encuentra Colombia en donde el Ministerio de Salud acaba de publicar un proyecto de resolución para poner condiciones a las etiquetas de la comida envasada y empacada del país y brindar información sobre su contenido de azúcares, grasas y sodio. Esta medida busca atacar la obesidad y evitar complicaciones en los contagiados por el coronavirus