Cómo fortalecer la mente durante la lucha contra la obesidad | El Nuevo Siglo
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Jueves, 22 de Agosto de 2019
El estado psicológico es importante en la atención a estos pacientes y entender las razones emocionales del sobrepeso es clave al momento de un tratamiento exitoso

 

La obesidad es una enfermedad que quien la padece sufre su estigma. Además de ser considerada como un problema estético, muchos piensan que cada persona elige perder el control de su peso, y que para tratarlo, solo se requiere de dieta y ejercicio. Sin embargo, se ha demostrado que en muchos casos esta patología tiene causas profundas relacionadas con las emociones. Por ello, un tratamiento para la obesidad sin tener en cuenta el aspecto psicológico del paciente está incompleto.     

Considerar el origen emocional significa entender el proceso que el paciente afronta con respecto a su enfermedad y saber en qué etapa de motivación se encuentra. Esto facilita la evaluación al momento de ofrecer un tratamiento que sea realmente efectivo. Pero, además de ello, es necesario comprender si el paciente está enfrentando alguna condición mental adicional. “3 de cada 10 pacientes con obesidad tienen alguna otra enfermedad relacionada con su salud mental, como ansiedad o depresión. Esto, por supuesto,  impacta en la adherencia que puede, no solo con obesidad, sino con cualquier patología, pues tiene que ver con las decisiones que toma y que tienen consecuencia directa en los resultados del tratamiento”, explica Verónica Vázquez, psicóloga clínica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición de la Ciudad de México.

Precisamente, fortalecer el ámbito emocional de los pacientes con obesidad y con sobrepeso para que sean exitosos en su ánimo por controlar la enfermedad es clave. La experta indica cuatro pasos principales que ayudan al momento de abordar desde las emociones esta patología multifactorial:

1. Autocuidado. Cada persona debe cuidar de su propio cuerpo. “El autocuidado es una habilidad que tenemos que fomentar en las personas con obesidad. Esto significa encontrar el equilibrio entre cosas que pueden ser placenteras y las necesidades reales que tiene el cuerpo”, explica la experta.

2. Buscar ayuda. Una vez se reconoce el problema, el siguiente paso es buscar ayuda. “Cuando se tiene esa claridad, el paciente debe hablar con el médico para abordar el tema y recibir la orientación para su tratamiento”.  Asimismo se puede hacer con el entorno. “Cuando la familia, la pareja o  los amigos se suman a un cambio en el estilo de vida, le es mucho más fácil al paciente llevar adelante su tratamiento. Sin embargo, la reacción negativa de estas personas –burlas, señalamientos o comentarios apáticos-, resultan perjudiciales para el proceso de la persona”, explica Vázquez.

¿En qué te puedo ayudar? Esta es la pregunta que el entorno debe hacer a la persona con obesidad. “Muchas veces asumimos que lo que necesita es que llenemos su nevera con verduras, pero lo que realmente la persona quiere es compañía para salir a caminar o cosas tan sencillas como esta”, explica la psicóloga y añade que “como primer paso es importante entender que estamos frente a una enfermedad crónica, es decir, que no tiene cura. Una vez interiorizado, es mucho más sencillo saber hasta dónde involucrarse y hasta dónde es responsabilidad de la persona”.

3. Aceptación. Por supuesto, es difícil escuchar que se padece de una enfermedad que no se cura. Esto no significa que no hay nada que hacer. “Cuando se acepta y hay un compromiso con lo que se puede hacer para mantener controlada la enfermedad,  las personas se dan cuenta que tienen muchas posibilidades de lograr una buena calidad de vida”.

4. Decisión propia. Una vez que se fomenta el autocuidado, se busca ayuda, se acepta la enfermedad  y hay compromiso para su tratamiento, “lo demás puedes definirlo tú”, dice la experta. Esto tiene que ver con la relación con el entorno. En este punto, quien está tratando de controlar su peso debe tener claro a quién le pide apoyo y cómo se lo pueden dar. “Se trata de dejar de asumir que las demás personas van a hacer la tarea por usted. Mejor diga exactamente qué es lo que necesita de cada persona, cómo cree que pueden apoyarle y que usted mismo ponga los límites”, asegura Vázquez.

Con este camino recorrido por parte del paciente, el verdadero éxito de su tratamiento se define a partir del contacto que tenga la persona con un equipo multidisciplinario, que le escuche, atienda, que vaya ajustando el tratamiento de acuerdo a su avance. “Si la persona aprende a integrar las recomendaciones del equipo que participa en su tratamiento y empieza a tener un equilibrio entre lo que quiere y lo que debe hacer, es más fácil hacerse cargo de lo que se ve hacia afuera, pero también de lo que está ocurriendo dentro de cada uno”, concluye la experta.