Cuenta de cobro por las sanciones de que es objeto y que podría fracturar el frente unido europeo comenzó a pasar Rusia al cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, lo que llevó a un desplome en la cotización del euro y otra jornada de zozobra en los mercados bursátiles.
En línea con lo anunciado a finales del mes pasado por el presidente Vladimir Putin, de que los pagos deberían hacerse en rublos, el gigante grupo Gazprom suspendió las entregas de gas a los países mencionados, generando la indignación de la Comisión Europea (UE) que también indicó que “están preparados” y elaborando una “respuesta coordinada” ante la suspensión de los combustibles rusos, de los cuales el Viejo Continente es altamente dependiente (Ver gráfico).
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, calificó de “chantaje” la decisión el Kremlin, lo que de inmediato fue reputado por el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov quién señaló que “la necesidad de recibir los pagos en rublos ha sido causada por esos pasos hostiles, sin precedentes, que países "hostiles" han tomado contra Rusia”.
Según el funcionario “esta necesidad fue dictada por el hecho de que nos bloquearon y (...) robaron una cantidad bastante significativa de nuestras reservas. Todo esto requería una transición a un nuevo sistema de pago. Todas estas nuevas modalidades fueron comunicadas con anticipación a (...) los clientes y, por ello rechazamos categóricamente que sea un chantaje".
Peskov insistió en que su país ha sido y sigue siendo un proveedor confiable de recursos energéticos para sus consumidores, que está comprometido con las obligaciones de los contratos y preparado por si se llegasen a presentar, como es previsible, posibles reclamos legales procedentes de los europeos por presuntas violaciones a los términos de los mismos.
Fue enfático en señalar que la entrega de combustibles se mantendrá siempre y cuando se cumpla con el pago en su moneda local (rublos) y que no habrá alteración en el precio establecido.
El cierre del grifo inicialmente a Polonia y Bulgaria (que tienen una dependencia del gas ruso en un 60& y 75% respectivamente) que se prevé se extienda al resto de países de la UE paralizando las exportaciones de combustibles rusos, también golpea las finanzas del Kremlin, pero según el portavoz presidencial “todo se calculó, se pronosticaron los riesgos y se tomaron las medidas necesarias).
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Advertencia
Una vez los gobiernos de Bulgaria y de Polonia confirmaron el corte del suministro del gas ruso, por ahora descartan efectos inmediatos para el consumidor final,
que puedan afectar al consumidor final, la Comisión Europea advirtió a todos los países miembro que si deciden acceder al pago como lo exige Moscú violarían las sanciones adoptadas por la UE a Rusia por la guerra en Ucrania.
"Si esto no está previsto en contrato, pagar en rublos es un incumplimiento de nuestras sanciones", dijo Von der Leyen desde Bruselas y añadió que por esa razón la decisión de pagar en la moneda local rusa representa "un alto riesgo para las empresas".
La funcionaria aseguró que Polonia y Bulgaria están siendo abastecidos por "países vecinos", y que ante el previsible “chantaje del Kremlim con los combustibles fósiles” se ha venido trabajando con el resto de naciones y los socios internacionales.
De acuerdo con la funcionaria alemana, aproximadamente el 97% de los contratos firmados por empresas y países europeos para comprar gas ruso establece pagos en euros o dólares estadounidenses.
Por lo tanto, añadió, la exigencia rusa "de pagar en rublos es una decisión unilateral y no conforme a los contratos. Las empresas con tales contratos no deben acceder a las demandas rusas".
También ha adelantado que los ministros de Energía de la UE se reunirán de manera extraordinaria "tan pronto como sea posible" para abordar la situación y que los estados miembros alistan un “próximo paquete de medidas coercitivas” contra Moscú, aunque sin aclarar contenido ni calendario.
Ante esta primera disrupción en el suministro de gas y que es previsible continuará con otros muchos países, ayer se reunió el Grupo de Coordinación del Gas, del que forman parte expertos, autoridades e industria para asesorar al Ejecutivo comunitario en materia de suministro y seguridad.
Von der Leyen insistió en que la UE trabaja para diversificar el suministro de gas a "medio plazo" estrechando su relación con otros proveedores y “estamos haciendo intensamente lo mismo para eliminar nuestra dependencia de carbón, como ya hemos hecho, pero también estamos trabajando en el tema del petróleo".
¿En “rublozona”?
La preocupación por el cambio de postura de algunas naciones que, de darse, rompería el frente unido europeo contra Rusia por su invasión a Ucrania, también fue expresada por algunos dirigentes políticos.
Asi, el presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, acusó a Hungría, Austria y Alemania de estar en la "rublozona", al señalar que tienen voluntad de cumplir la exigencia rusa de pagar el gas en rublos.
“He escuchado que no solo Hungría, pero también Austria y Alemania están listas para pagar el gas ruso en rublos", sostuvo el 'popular' polaco en un mensaje en redes sociales.
"¿Están todavía en la eurozona o en la rublozona?", ironizó después conocerse que Rusia cerró la llave del gas a dos de los países de la Unión Europea.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló que lo ocurrido es "otro movimiento unilateral agresivo de Rusia" y que contactó a los primeros ministros, el polaco Mateusz Morawiecki y el búlgaro Kiril Petkov, para enfatizar la "unidad" y el apoyo entre Estados miembro de cara a "eliminar gradualmente las importaciones de energía rusas".
Mientras, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, reaccionó vía twitter indicando que “UE no será chantajeada", "no le tenemos miedo a Putin" y “hay que cortar las dependencias de los autócratas de una vez por todas".
Y más allá de el alud de declaraciones se dio un hecho concreto e inmediato por el bloqueo gasífero: la cotización del euro cayó ayer a su nivel más bajo en cinco años frente al dólar estadounidense, valor refugio impulsado por la guerra en Ucrania y el regreso de la pandemia en China. Hacia el mediodía, la moneda europea cedía 0,24% hasta 1,0612 dólares.
Los mercados bursátiles registraron otra jornada de nerviosismo que concluyó con un alza, por segundo día consecutivo, en la cotización europea de referencia del gas natural (10%) y en los precios del petróleo, tanto del Brent como del WTI.
El cierre del grifo ruso podría llevar a desacuerdos en el seno de la Unión Europea ya que si bien hay solidaridad con los dos países afectados si el corte se extiende a muchos más se corre el riesgo de que “no haya gas para tanta gente”.