EL PRESIDENTE estadounidense, Donald Trump, dio por terminadas las largas negociaciones mantenidas con los talibán para poner fin al conflicto en Afganistán, tras un reciente atentado insurgente en el que murió un soldado estadounidense. "Están muertas. Para mí, están muertas", dijo en la Casa Blanca.
El anuncio llega después de que Trump cancelara una reunión secreta que según dijo iba a mantener el domingo con líderes talibán en su residencia secundaria de Camp David.
El cambio de actitud de Washington respecto a los talibán ya había quedado claro minutos antes, cuando Trump aseguró que las tropas estadounidenses estaban golpeando a los insurgentes afganos como nunca antes en la última década.
"¡En los últimos cuatro días, hemos estado golpeando a nuestro enemigo más fuerte que nunca en los últimos diez años!", afirmó el mandatario en Twitter.
El domingo, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, había dicho que sus tropas habían matado a más de un millar de talibán en 10 días.
Hasta este fin de semana habían crecido las expectativas sobre un acuerdo que permitiera la retirada de miles de soldados estadounidenses de Afganistán, donde Washington tiene desplegados unos 13.000 militares. A cambio los talibán iban a ofrecer garantías sobre una "reducción de la violencia" en el país.
Pero el atentado en Kabul la semana pasada cambió la situación, y Trump anunció la anulación de su reunión con líderes talibán, que se había mantenido en secreto hasta el momento.
Muchos se indignaron en Washington al enterarse de que representantes de los talibán habían estado a punto de visitar la residencia presidencial apenas tres días antes del 18 aniversario de los atentados del 11 de septiembre, perpetrados por los yihadistas de Al Qaida con el apoyo de los insurgentes afganos.
La actitud del presidente también provocó críticas sobre su particular forma de negociar.
Trump negó sin embargo cualquier desacuerdo interno en su gobierno por la reunión cancelada.
"Muchas noticias falsas de que yo habría actuado contra el consejo del vicepresidente (Mike Pence) y varios asesores sobre una posible reunión con los talibán en Camp David", tuiteó más temprano el mandatario. "¡Esta historia es falsa!", escribió.
"Siempre he pensado que era bueno reunirse y hablar" con la gente, "pero finalmente, en este caso, he decidido no hacerlo", añadió.
El gobierno afgano se mostró el miércoles "preocupado" por el proyecto de acuerdo negociado de lado estadounidense por el emisario de Estados Unidos para Afganistán Zalmay Khalilzad, en el que el gobierno afgano no participa. Khalilzad volvió el jueves a Doha para reanudar las negociaciones con los talibán.
Estados Unidos y los talibán negocian desde hace meses un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses a cambio de garantías sobre la seguridad.
Pero muchos funcionarios afganos temen que los talibán revisen las libertades públicas y rechacen compartir el poder.
Los talibán incrementaron los ataques recientemente, especialmente con dos atentados sangrientos en Kabul y varias ofensivas en otras provincias la semana pasada.