El Papa Francisco cumplirá este viernes siete años al frente de la Iglesia Católica en el mundo, en un momento en el que Italia trata de contener el avance de la epidemia de coronavirus con medidas de contención extremas, con expresa de salir de casa para sus ciudadanos, salvo casos de emergencia y cierre de todas las actividades comerciales, exceptuando gasolineras, farmacias o supermercados.
La agenda del Papa también se ha visto afectada para contener el contagio que, por el momento deja 10.590 personas contagiadas, 827 fallecidos, de los cuales 196 se produjeron en las últimas 24 horas, mientras que 1.045 se han curado.
Ayer el Pontífice presidió la audiencia general en una sala del Palacio Apostólico, sin fieles, por primera vez en su pontificado. Lo mismo pasó con el ángelus del domingo. Las citas del Papa no se han paralizado, si bien se han restringido y se han tomado medidas de prevención ante el covid-19 como la distancia de un metro de seguridad entre las visitas.
Al margen del coronavirus, en su séptimo año de Pontificado al frente de la barca de Pedro que guía a 1.200 millones de fieles en todo el mundo, Francisco deberá culminar la reforma de la Curia. Tras cinco años de trabajo del Consejo de cardenales que le ayuda en el gobierno de la Santa Sede, está previsto que el Papa publique en los próximos meses que viene la nueva constitución apostólica que sustituirá al texto legislativo, Pastor Bonus, promulgado por Juan Pablo en 1988.
En estos momentos, el proyecto de constitución apostólica llamada 'Praedicate Evangelium' ('Predicad el Evangelio') está en una fase de revisión final en el Pontificio Consejo de Textos Legislativos y la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Los principales ejes que están vertebrando la nueva carta magna de la Santa Sede son la descentralización de la Curia Romana que se logrará a través de la implicación de los laicos, no solo como agentes pastorales sino también como responsables en puestos claves de la jerarquía de la Iglesia sobre todo en áreas relacionadas con las realidades temporales, no espirituales.
También será un año clave en la lucha contra los abusos sexuales. El Papa deberá implementar de forma práctica una de sus decisiones más relevantes del 2019: la eliminación del secreto pontificio, una petición histórica de las asociaciones de víctimas de pederastia eclesial, que supone la obligación de cooperar cuando haya mandatos ejecutivos con la justicia civil.
Tras la cumbre que reunió a toda la jerarquía episcopal en febrero del año pasado en el Vaticano, el Papa publicó el motu proprio 'Vos estis lux mundi', un compendio de reglas claras para erradicar de cualquier caso de abusos las prácticas del encubrimiento, que equipara la ocultación al abuso y que deja claro que es responsabilidad de todos denunciar.
Además, el Vaticano creó el mes pasado un nuevo equipo de expertos que guiará a las Iglesias locales en la adopción de protocolos y la implementación práctica de medidas en la lucha para erradicar los abusos sexuales del seno de la Iglesia católica.
De momento, el Vaticano no ha hecho oficial ningún destino de la agenda de viajes que el Papa cumplirá en 2020, pero él ha dejado claro cuáles son sus intenciones. Entre sus objetivos está visitar Sudán del Sur o Irak.