Más del 80% de los cubanos empadronados votaron este domingo una nueva Constitución que reafirma el socialismo como sistema político "irrevocable", en una jornada marcada por la defensa cubana hacia Venezuela y críticas cruzadas con Estados Unidos.
Los cerca de 25.000 colegios cerraron sus puertas a las 18H00 (23H00). El último parte de la Comisión Electoral, a las 17H00 (22H00 GMT), una hora antes del cierre, informó que el 81,53% de los 8,6 millones empadronados había ejercido su derecho al voto, que es voluntario.
Los resultados preliminares se conocerán en la tarde del lunes.
Tras votar, el presidente Miguel Díaz-Canel se refirió en Twitter a la situación de su aliado venezolano: "La unión cívico militar y el pueblo revolucionario de #Venezuela con su Presidente @NicolasMaduro impidieron el golpe imperialista. Fracasaron los halcones del imperio y sus lacayos acompañantes, pero el imperio no renuncia a sus planes. A seguir luchando. #ManosFueraDeVenezuela".
Cuba trata de unir a la comunidad internacional contra lo que denomina una "agresión militar de Estados Unidos" a su aliado venezolano.
Díaz-Canel, en la mira de Washington al igual que su aliado Nicolás Maduro, dijo a la prensa que América Latina está "viviendo un momento de amenaza imperial" y fustigó la presencia de los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay el sábado en la frontera con Venezuela junto al autoprocalamdo presidente interino Juan Guaidó, reconocido por unos 50 países.
"¿A quién estaban apoyando esos presidentes?", se preguntó, al tiempo que cuestionó qué hacía allí el senador republicano por Florida, Marco Rubio, acérrimo crítico de la revolución cubana y próximo al presidente Donald Trump.
Precisamente, Rubio, de origen cubano, tuiteó que el referendo es "otra maniobra más de la dictadura cubana para aferrarse al poder", "una farsa y un fraude".
Por su lado, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, tuiteó que "el referéndum constitucional de Cuba hoy es otra estrategia del régimen cubano para encubrir su represión y tiranía. Estados Unidos apoya los llamamientos de libertad y democracia del pueblo cubano".
Según los medios locales, Raúl Castro, primer secretario del gobernante Partido Comunista (PCC, único) "ejerció su derecho al voto" en la mañana sin hacer declaraciones.
¿Trump impulsó el Sí?
En Miami, Trump había advertido en un discurso el lunes que "los días del socialismo y el comunismo están contados en Venezuela, y también en Nicaragua y Cuba", países que su administración señala como "la troika de la tiranía".
Para el académico Carlos Alzugaray, la agresividad del mandatario estadounidense impulsó la omnipresente campaña #YovotoSí del gobierno.
"El discurso de Trump fue una buena propaganda para el sí (...). Hay mucha gente (...) que va a votar sí porque quiere defender la independencia frente a la amenaza norteamericana", explicó Alzugaray a la AFP.
La nueva Constitución, que reemplazaría a la de 1976, reconoce el mercado y la inversión privada y extranjera como actores en la reforma de su economía de corte soviético y con muchas carencias, pero siempre bajo la guía del único y gobernante PCC.
"La oportunidad de decir no"
De cara al referendo, la oposición ilegal que apela generalmente a la abstención o a anular las boletas, esta vez convocó al "no".
"Es obvio que ese 'no' rotundo va más allá del 'no' a una Constitución, es un 'no' a un régimen que busca perpetuarse en el poder", declaró a la AFP el opositor José Daniel Ferrer.
Votar contra el texto es además "la única oportunidad que el pueblo ha tenido en años de decirle 'no'", agregó.
En la era de internet, más fácilmente accesible en la isla desde el despliegue en diciembre de la 3G, el "sí" y el "no" pulsearon por meses en las redes sociales.
El gobierno confía en el triunfo masivo del "sí", que requiere el 50%+1 del padrón electoral.
La Constitución de 1976 fue aprobada por el 97,7% de los votos, y la reforma constitucional de 2002 para hacer "irrevocable" el socialismo obtuvo el 99,3%.
En el hipotético caso de que gane el "no", un escenario político sin precedentes en 60 años de revolución, continuaría vigente la Carta de 1976 y el gobierno tendría que adecuar las normas para dar piso legal a las reformas en curso.
Alzugaray estimó que la nueva Constitución recibirá entre "70 y 80%" de los votos válidos: "La sociedad ha cambiado y ese cambio se va a reflejar en el voto".