EL JEFE del gobierno español, Pedro Sánchez, afronta una recta final de diez días para evitar una repetición electoral que sería la cuarta cita con las urnas en 4 años, cada vez más probable dada su incapacidad para obtener el apoyo indispensable de la izquierda radical.
El líder socialista tiene hasta el 23 de septiembre a medianoche para reunir los apoyos suficientes que le permitan ser investido presidente en el Parlamento. Si no lo logra, se convocarán automáticamente elecciones para el 10 de noviembre.
El problema es que meses después de su victoria sin mayoría absoluta en las legislativas del 28 de abril, sigue sin tejer un acuerdo con la izquierda radical de Podemos, cuyo apoyo es fundamental junto al de otros pequeños partidos regionales.
Podemos, la formación de Pablo Iglesias, exige formar parte de un gobierno de coalición, una opción que el Partido Socialista (PSOE) le ofreció en julio cuando Sánchez se sometió a un primer voto de investidura.
La izquierda radical rechazó la oferta por considerarla insuficiente, y la investidura fracasó.
Podemos sigue insistiendo en entrar en una coalición, pero tras el fiasco de julio, el PSOE reitera que su opción vuelve a ser un gobierno monocolor, y que de ahí no se moverá.
"No existe la confianza mínima para constituir un gobierno de coalición estable", dijo tajante la portavoz del gobierno socialista saliente, Isabel Celaá.
En un nuevo intento, Iglesias telefoneó el jueves a Sánchez para proponerle "un gobierno de coalición temporal", que garantice la investidura y la aprobación de nuevos presupuestos.
Según esa propuesta, explicada por Iglesias, Sánchez podría luego disolver la alianza si considera que "no ha funcionado ese gobierno de coalición", y Podemos le garantizaría no obstante "la estabilidad parlamentaria, sobre la base de un acuerdo programático".
Una propuesta calificada de "absurda" por Celáa, quien insistió en la necesidad de tener "un gobierno sólido y una legislatura estable".
"Es bastante más que difícil que lleguen a un acuerdo", resume en entrevista con AFP Ernesto Pascual, profesor en ciencias políticas de la Universidad Abierta de Cataluña.
Actualmente, Sánchez no tiene mandato oficial del jefe del Estado, el rey de España Felipe VI, para presentarse a una nueva investidura. Se sabrá si lo obtiene este próximo martes, cuando el monarca concluya dos jornadas de consultas con los líderes políticos.
Los sondeos son halagadores para con el PSOE, que en caso de repetición electoral aumentaría su actual número de escaños -123 de los 350 de la cámara baja- en detrimento de Podemos y del partido de centro derecha liberal Ciudadanos.
"Los fundamentos del PSOE son muy sólidos", por ser el partido con "más fidelidad de voto", apunta Manuel Mostaza, director de asuntos públicos en la consultora Atrevia.
Sin embargo, el PSOE seguiría lejos de alcanzar la mayoría absoluta -176 escaños-, lo que plantearía de nuevo la misma pregunta de con quién aliarse para echar a andar la legislatura.
Una dificultad asumible para el Partido Socialista, según escribe el politólogo Pablo Simón en un artículo en el blog Politikon.
"Las coaliciones en minoría suelen ser los gobiernos que menos duran", y en caso de darse "el PSOE podría tener que convocar elecciones en uno o dos años, con el desgaste de tener dentro un socio con quien rivaliza electoralmente y del que recela", expone Simón.
Podemos también tendría interés en esa repetición, según una nota del gabinete de análisis Eurasia Group.
Y es que si apoya gratis un gobierno en solitario del PSOE, Podemos teme "perder más terreno con el PSOE en la batalla a largo plazo por el liderazgo de la izquierda española", estimó.
El PSOE recela de mucho de un Podemos que defiende resolver esta crisis política con un referendo vinculante de autodeterminación. "No se fían de la autoridad real que Pablo Iglesas pueda tener en un momento determinado sobre su grupo parlamentario", apunta Ernesto Pascual