La Cámara de Representantes de Estados Unidos votará el jueves una resolución para formalizar la investigación con miras a un juicio político del presidente Donald Trump y autorizar las audiencias públicas en ese caso, anunció un miembro del Partido Demócrata, mayoritario en la Cámara Baja.
La medida "establecerá los próximos pasos para la investigación", dijo esa fuente después de que la líder demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, informará a sus compañeros de partido sobre el plan, que parece destinado a responder a Trump y a los republicanos que afirman que el proceso de destitución carece de legitimidad al no haber sido votado en el Congreso.
Entre tanto, el enfrentamiento entre la Casa Blanca y los legisladores que investigan los méritos de un juicio político al presidente Trump dio un nuevo giro ayer, cuando un testigo clave no se presentó a testificar, provocando acusaciones de obstrucción al trabajo del Congreso.
Charles Kupperman, quien hasta septiembre era el adjunto del entonces asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, no acudió a la convocatoria, luego de pedir el viernes a la justicia que zanjara las "demandas irreconciliables" del Ejecutivo, que le había ordenado negarse a dar su testimonio, y el Legislativo.
"No se presentó", dijo a periodistas el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, rechazando la demanda presentada por Kupperman.
La oposición de la Casa Blanca a la comparecencia de Kupperman muestra "que creen que su testimonio sería incriminatorio del presidente", agregó Schiff.
La demanda de Kupperman podría tener consecuencias importantes para la investigación iniciada hace un mes por la oposición demócrata, que busca establecer si el presidente republicano abusó de su poder para fines personales cuando le pidió a Ucrania que investigara a su rival demócrata Joe Biden, quien podría disputarle la reelección en 2020.
La Casa Blanca denuncia una "caza de brujas" y se niega a cooperar con estas investigaciones. Para esto, pidió a los miembros de la administración (asesores, diplomáticos, secretarios) que no respondieran a los mandatos de los legisladores, alegando la necesidad de proteger el trabajo presidencial, y especialmente la "confidencialidad" de los intercambios con su entorno.
Sin embargo, nueve personas ya testificaron ante los comités de la Cámara baja que llevan adelante la investigación, incluido el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland.
Por otro lado, varias reparticiones oficiales se negaron a entregar documentos.
Para Schiff, estos bloqueos representan un "obstáculo" para el buen funcionamiento del Congreso y podrían motivar una eventual acusación del presidente en la Cámara de Representantes antes de un juicio en el Senado.
Schiff dijo que la apelación de Kupperman "no tenía base legal" y que también podría resultar en "enjuiciamiento por obstrucción".
Según los medios estadounidenses, el exasesor fue testigo de la polémica conversación telefónica del 25 de julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, cuya divulgación originó la pesquisa.
Pero Kupperman interesa especialmente a los demócratas debido a su proximidad con Bolton, un testigo privilegiado de los esfuerzos del entorno de Trump en Ucrania.
Según uno de sus antiguos colaboradores, Bolton estaba alarmado por los pasos dados por Rudy Giuliani, abogado personal de Trump, para forzar a Kiev a buscar información incriminatoria sobre Biden