Brexit, ¿en camino de ser una utopía?

Domingo, 16 de Diciembre de 2018
A poco más de tres meses para la fecha prevista de salida de la Unión Europea, el 29 de marzo, Reino Unido se encuentra cada vez ante un menor número de opciones

EL  guion estaba claro. Tras haber superado una moción de censura en Londres, Theresa May debía marcharse de Bruselas revitalizada, con nueva munición para convencer a su parlamento de que apruebe el acuerdo del Brexit, pero todo se torció.

Los europeos estaban dispuestos a "ayudar" a una primera ministra británica bajo el ataque continuo de sus detractores en Reino Unido. Entre bastidores, lo convirtieron incluso en el objetivo de la reunión del jueves y el viernes.

Pero una de las imágenes que permanecerá en la retina es la tensa discusión captada por las cámaras el viernes entre May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que reavivó el doloroso recuerdo de la cumbre fallida en Salzburgo (Austria) tres meses atrás.

"Mantuve una conversación acalorada" con Juncker, reconoció ante la prensa la 'premier', quien, en un intento por minimizarla, dijo que "este tipo de discusiones se pueden mantener cuando se desarrolla una relación de trabajo".

De antemano, el titular de la Comisión se mostró abiertamente "molesto" por las nuevas garantías solicitadas por la líder conservadora sobre la aplicación de su acuerdo de divorcio y lamentó incluso un debate "nebuloso" en torno al Brexit.

Esta palabra no le gustó a la mandataria británica. "No hablaba de ella", se justificó  después el ex primer ministro luxemburgués, de 64 años, preguntado por su tensa conversación.

El ambiente fue "muy malo" durante la discusión a puerta cerrada el jueves entre la dirigente británica y sus 27 homólogos europeos, aseguró una fuente diplomática. "Theresa May era incapaz de expresar lo que quería" y la canciller alemana, Angela Merkel, la interrumpía regularmente para preguntarle qué esperaba exactamente, explicó.

Para otra fuente, la inquilina del número 10 de Downing Street estaba "fuera de lugar". "Habló del espíritu navideño para conseguir apoyo" en el parlamento británico, "pero sin poder decir cómo, ni cuantificarlo".

Sus 27 homólogos estaban "incrédulos, asombrados", según un participante en la reunión. "Exasperó tanto a sus colegas que salió con menos de lo que podría haber conseguido", dijo una tercera fuente europea.

El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, rebate en cambio esta versión. "Ella fue muy clara, muy abierta sobre lo que quería de nosotros y lo pusimos negro sobre blanco", explicó.

En las "conclusiones" escritas de la cumbre, los 27 se limitaron a reformular un principio presente en el acuerdo de divorcio sobre el 'backstop', el controvertido mecanismo de último recurso para impedir una frontera para bienes en la isla de Irlanda.

La puntilla vino al final de la cumbre. En rueda de prensa, May anunció nuevas discusiones "en los próximos días" con la UE. Poco después, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconocía que no tenía el mandato para organizar nuevas negociaciones, pero se mostraba accesible.  "Nosotros nos quedamos aquí en Bruselas y estoy siempre a la disposición de May", aseguró.

Los escenarios del Brexit

Así las cosas, a poco más de tres meses para la fecha prevista de salida de la Unión Europea, el 29 de marzo, Reino Unido se encuentra cada vez ante un menor número de opciones:

 Brexit con acuerdo  

Londres y Bruselas sellaron el 25 de noviembre un Acuerdo de Retirada sobre los términos del Brexit y una declaración política que marca las grandes líneas de la futura relación que deberán aún negociar.

Si May logra que sea ratificado por el Parlamento, lo que parece muy difícil, el país se beneficiaría de un periodo de transición hasta finales de 2020, ampliable hasta dos años más, que daría tiempo para prepararse a empresas y administraciones.

El acuerdo será sometido a los diputados entre el 7 y el 21 de enero.

Su punto más controvertido es el denominado "backstop", o red de seguridad, un mecanismo ideado para evitar la reinstauración de una frontera dura en la isla de Irlanda por temor a debilitar el Acuerdo de Paz de 1998, que puso fin a 30 años de sangriento conflicto. 

Este solo entraría en vigor tras el periodo de transición y si no se logra encontrar una solución mejor en el marco de la futura relación, que debería tomar la forma de un gran acuerdo de libre comercio.

Prevé que la provincia británica de Irlanda del Norte se siga rigiendo por las reglas del mercado único europeo, lo que permitiría mantener abierta la frontera con la vecina República de Irlanda. Y para no imponer barreras administrativas entre esa provincia y el resto del país, todo Reino Unido permanecería en la unión aduanera europea. 

Los partidarios de una salida neta temen que este mecanismo mantenga al país permanentemente atrapado en las redes europeas, por lo que dijeron que votarán en contra del acuerdo.

 Brexit sin acuerdo

Si el Parlamento no logra ratificar ningún acuerdo antes de finales de marzo, el país puede verse abocado a salir del bloque brutalmente.

De la noche a la mañana, las relaciones económicas entre Reino Unido y la UE pasarían a estar regidas por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se deberían aplicar de forma urgente una multitud de controles aduaneros y reglamentarios.

Es un escenario temido por los medios económicos británicos. El Banco de Inglaterra advirtió de que sumiría al país en una grave crisis económica, con disparada del desempleo y la inflación, desplome de la libra y el precio de la vivienda y casi 10% de reducción del PIB.

Este escenario podría causar penuria de medicamentos, provocar atascos monstruosos en los puertos e impedir volar a las aerolíneas británicas.

 Se anula el Brexit

La primera ministra siempre ha rechazado la idea de un segundo referéndum sobre el Brexit, pero la idea ha ganado terreno en los últimos tiempos dada la fuerte resistencia con la que choca su plan de salida de la UE.

El opositor Partido Laborista advirtió que, si el acuerdo de May es rechazado, pedirán que se convoquen elecciones legislativas anticipadas con la esperanza de volver al poder tras ocho años de gobiernos conservadores.

Sin embargo, si no se organizan estos nuevos comicios, los laboristas darían el respaldo necesario a una consulta popular con la esperanza de que se obtenga un resultado diferente al del primer referéndum, de junio de 2016, en que 52% de los británicos votó a favor de abandonar la UE.

La organización de una segunda consulta llevaría tanto tiempo que requeriría un aplazamiento de la fecha del Brexit por parte de Bruselas.

Ante una situación de caos y bajo la presión del parlamento, el gobierno también podría decidir por sí mismo dar marcha atrás sin necesidad de referéndum, aunque parece poco probable.

En cualquier caso, la justicia europea dejó claro que Londres, si lo desea, puede parar el Brexit de forma unilateral hasta que no se haga efectiva su salida.

Redacción internacional con AFP