Brasil lamentó el anuncio de Japón de retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y retomar la caza de ballenas a partir de julio de 2019.
"Tal medida ignora la posición mayoritaria de los países y representa un gran retroceso en el escenario global", dijo en la noche del miércoles el ministro de Ambiente, Edson Duarte, en una nota de prensa.
El Ejecutivo brasileño recordó que históricamente ha apostado por la defensa de todas las formas de vida en los mares del planeta, "principalmente de los cetáceos", que tienen muchas especies amenazadas de extinción.
"Tenemos mucho que avanzar y solo a través de la actuación integrada de los países miembros de la CBI podremos tener éxito en la protección de esas especies y en otras agendas relacionadas, como el combate a la basura en el mar y al calentamiento global", enfatizó Duarte en el comunicado.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, en su zona exclusiva se protegen las ballenas jorobadas y franca, los delfines, las tortugas y se maneja la pesca de especies comerciales para garantizar la supervivencia de las especies más explotadas. Además, se ampliaron las unidades de conservación costeras marinas del 1,5% al 26%, para preservar los hábitats de la fauna marina.
El texto recordó que en la Declaración de Florianópolis se reafirmó la importancia del mantenimiento de la moratoria a la caza comercial de ballenas y de la obligación de la CBI de garantizar financiamiento adecuado para actividades de conservación y uso no letal y no extractivo de cetáceos, como el turismo de avistamiento, por lo que se manifestó a Itamaraty (Cancillería brasileña) y a la Embajada de Japón en Brasil la "esperanza" de que las autoridades niponas revisen su posición.
Además de Brasil, Australia también lamentó la decisión y apeló a Japón a que revise la medida y abandone la iniciativa.
La CBI prohibió la caza de ballenas con fines comerciales en 1986. Japón es miembro de este organismo desde 1951.