El gobierno independentista catalán ha convocado para el 1 de octubre un referendo sobre la secesión, prohibido por la justicia española
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Los grandes empresarios de Cataluña empiezan a perder la paciencia. Preocupados por la pugna en torno al referéndum del 1 de octubre, empresarios de distintos sectores están discretamente frenando proyectos e incluso preparando planes B, pese a estimar improbable la independencia.
"La situación actual provoca muchos nervios, claramente, y preocupación", declaraba esta semana en un foro el director general de Banco Sabadell, quinto mayor banco español, con sede en Barcelona, como CaixaBank, las dos grandes entidades financieras catalanas.
Según Jaime Guardiola Romajaro hay varias empresas que están preparando "planes de contingencia". Una información confirmada por la principal asociación patronal catalana, Foment del Treball.
"Todo el que ve que su actividad puede tener algún tipo de riesgo", se esta preparando, explica Salvador Guillermo, director económico de la patronal catalana.
El gobierno independentista catalán ha convocado para el 1 de octubre un referendo sobre la secesión, prohibido por la justicia española. Si gana el sí, los nacionalistas prometen proclamar la independencia.
En el caso "muy hipotético" de una independencia, Banco Sabadell no puede permitirse "no quedar bajo el marco regulatorio del Banco Central Europeo y de la zona euro", ya que eso le haría perder sus vías de financiación, explica una fuente de la entidad.
Además, los mecanismos para desplazar la sede administrativa, a Madrid por ejemplo, "son muy fáciles" y rápidos, precisa esta fuente.
También están estudiando alternativas otras empresas como las agroalimentarias exportadoras, ya que en su caso tendrían que pagar derechos de aduana en caso de salida de la UE, apunta Salvador Guillermo.
En los últimos meses, el director del Banco Sabadell ha sido el único gran empresario catalán que ha hablado en público sobre la cuestión. Cataluña, que aporta casi un 20% del PIB español, cuenta con siete grupos cotizados en el IBEX 35, el principal índice de la bolsa de Madrid.
Hace algunos años, el presidente de la editorial Planeta, una de las más potentes en lengua española, ya dijo que estaba dispuesto a abandonar Cataluña en caso de independencia. Y el de Freixenet, líder del cava, calificó esa eventualidad de "desastre".
A comienzos de agosto, la empresa de alimentación dietética NaturHouse desplazó su sede de Barcelona a Madrid.
"Si nos preguntan a los empresarios catalanes si queremos un mercado de 550 millones de europeos o de siete millones y medio de catalanes, la respuesta es clara", explicó el patrón del grupo, Félix Revuelta, en una entrevista al diario El Mundo.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, asegura sin embargo que no ha "identificado ningún tipo de deslocalización (de empresas catalanas), porque no hay ningún inversor nacional que considere que el escenario de independencia se va a producir".
Sin embargo varios grupos han "retardado ciertos proyectos logísticos o de investigación y desarrollo", a la espera de que el contexto político se aclare, explica un economista de una gran escuela de comercio catalana, que prefiere el anonimato por lo sensible del asunto.
Con todo, asegura, "la mayoría de ellos piensa que no va a suceder nada", si bien tampoco están "nada entusiasmados con lo que está pasando".
Contactados por AFP, CaixaBank (el tercer mayor banco de España), Abertis (gestión de autopistas) y Gas Natural se niegan a hacer comentarios, al igual que el fabricante de productos sanguíneos Grifols.
"En Cataluña, los empresarios siempre han sido muy discretos. Tenemos un gobierno local y muy próximo. Entonces la gente tampoco quiere que se enfaden con ellos", analiza el experto de la escuela de comercio.