Las dos partes en conflicto en Libia firmaron este viernes un alto el fuego permanente y con "efecto inmediato" tras cinco días de negociaciones en Ginebra auspiciadas por la ONU.
"Hoy es un buen día para el pueblo libio", declaró Stephanie Williams, jefa en funciones de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (Manul).
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"Esta mañana, aquí, en la sede de la ONU en Ginebra, las dos delegaciones libias... firmaron un acuerdo de alto el fuego completo, nacional y permanente con efecto inmediato", indicó.
"Las partes llegaron a un acuerdo para un alto el fuego permanente en toda Libia. Este logro es un giro importante hacia la paz y estabilidad" del país, anunció la Manul.
La firma del acuerdo tuvo lugar en el Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra y duró unos diez minutos, seguidos de un largo aplauso.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, elogió el acuerdo de alto el fuego formalizado en Ginebra como "un paso fundamental hacia la paz y la estabilidad" de ese país.
"Felicito a las partes por haber hecho prevalecer el interés de su nación sobre sus diferencias", agregó.
"Demasiadas personas han sufrido" el conflicto "durante demasiado tiempo", afirmó, lamentando las muertes de civiles provocadas por los enfrentamientos.
"Hago un llamado a todas las partes involucradas y los actores regionales a respetar las disposiciones del acuerdo de alto el fuego y garantizar su aplicación sin demora", dijo Guterres, recordando la necesidad de respetar el embargo de armas que rige sobre Libia desde 2011.
En una primera reacción libia, el jefe del GNA, Fayez al Sarraj, destacó el rol de la Manul en la consecución de este acuerdo en favor de "una paz basada en la justicia" que "aleja el espectro de la guerra y de disturbios en nuestro país".
Libia está inmersa en la violencia y el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011.
El actual conflicto enfrenta al Gobierno de Unión Nacional (GNA), reconocido por la ONU y con sede en Trípoli, con el mariscal Jalifa Haftar que domina el este y una parte del sur, pero sobre todo las zonas donde se encuentran las principales instalaciones petroleras.
Cada una de las partes tiene además apoyos internacionales. El mariscal Haftar cuenta con respaldo militar de Egipto, Rusia y Emiratos Árabes Unidos, mientras que el GNA, liderado por Fayez al Sarraj, es apoyado por Turquía.
Desde que en agosto ambas partes anunciaran el cese de las hostilidades, las negociaciones se aceleraron para fijar las condiciones de una tregua duradera.
Para Alemania es "un primer éxito decisivo", según un comunicado del ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas.