El atacante ingresó antes del mediodía y abrió fuego, un niño de dos años figura entre los heridos
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Veintiseis personas fueron asesinadas por un hombre que abrió fuego este domingo en una iglesia de Texas, anunció el gobernador de ese Estado del sur estadounidense, Greg Abbott, en una conferencia de prensa.
"Hasta este momento, hay 26 vidas que se han perdido. No sabemos si ese balance se agravará o no", dijo Abbott, estimando que el ataque en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, a unos 50 kilómetros al sureste de San Antonio, era "el peor tiroteo en masa en la historia" de Texas.
#ÚltimaHora: Tiroteo en una Iglesia Baptista de Sutherland Springs, en Texas. Vía @RealSaavedra pic.twitter.com/BQaYUotJs8
— Elia Valladares (@Eliavelia) 5 de noviembre de 2017
Otros medios que citaron a funcionarios sin identificar afirmaron que el balance de muertos era de 27 y de una veintena de heridos.
"Que Dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI & agencias de la ley están en la escena. Estoy monitoreando la situación desde Japón", escribió en su primera reacción al tiroteo el presidente estadounidense Donald Trump.
El atacante ingresó a la iglesia poco antes del mediodía (18h00 GMT) y abrió fuego durante el servicio religioso dominical, al que asisten usualmente unas 50 personas. Un niño de dos años figura entre los heridos, indicó el sitio web del diario Dallas Morning News.
Hay "múltiples muertos y múltiples heridos" según el comisario del condado Wilson, Albert Gamez Jr., indicó la cadena NBC News.
El autor del tiroteo murió, informó la cadena local KSAT12 en su sitio de internet, citando a la policía.
Una portavoz del Centro Médico Connally Memorial en el cercano pueblo de Floresville dijo a la cadena Fox News que habían "aceptado numerosos pacientes después del tiroteo", pero no dio cifras.
Helicópteros y personal de emergencia acudieron a la iglesia, y agentes de la agencia federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) se dirigían a la escena, indicó la institución.
El tiroteo ocurrió un mes después de que un hombre armado disparara desde una habitación de un hotel de Las Vegas, Nevada, matando a 58 personas e hiriendo a centenares de personas que asistían a un concierto al aire libre.
El incidente ocurrió además dos años después de que un supremacista blanco, Dylann Roof, entrara a una iglesia negra de Charleston, Carolina del Sur, y matara a tiros a nueve personas.