Sanciones contra los servicios de inteligencia iraníes, a los que acusó de estar vinculados a la represión de las protestas en Siria y de estimularlas en su propio país, adoptó el gobierno de Estados Unidos.
El Departamento del Tesoro dijo que el ministerio iraní de Inteligencia y Seguridad jugó "un papel central" en la represión en Irán y apoyó al régimen sirio que "sigue cometiendo violaciones de los derechos humanos".
El ministerio iraní de Inteligencia y Seguridad (Vevak) "viola los derechos fundamentales de los ciudadanos iraníes y exporta sus prácticas bárbaras para apoyar la odiosa represión del régimen sirio contra su propia población", señala el Departamento del Tesoro en un comunicado en el que anuncia sanciones contra ese organismo del gobierno iraní.
El Tesoro también le reprocha al ministerio iraní su "apoyo a grupos terroristas, entre ellos Al Qaida, Al Qaida en Irak, Hezbolá (libanés) y el Hamas" palestino.
El gobierno estadounidense asegura que incluyó al Vevak en su lista de personas físicas y morales sancionadas en virtud de varios decretos presidenciales, particularmente uno firmado en septiembre de 2010 y que castiga a dirigentes iraníes a los que Washington acusa de graves violaciones de los derechos humanos.
Las sanciones previstas por ese decreto presidencial prevén el congelamiento de los haberes de las personas que figuran en la lista negra del Departamento del Tesoro. Un alto funcionario norteamericano indicó recientemente a la AFP que Estados Unidos no había congelado ningún fondo en virtud de ese decreto, porque no halló ninguno en su territorio.
Entre tanto, en Siria, al menos 22 personas murieron como consecuencia de la represión del régimen, que detuvo también a destacados opositores, a escasas horas de una votación en la ONU sobre un proyecto de resolución de condena de la violencia.
La tropas del presidente Bashar al Asad bombardearon con artillería pesada la ciudad de Homs, por decimotercer día consecutivo, así como Hama, donde murieron 18 personas, muchas de ellas soldados desertores.
Un civil y tres soldados murieron también en la provincia de Deraa, donde el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) teme una masacre tras los ataques del miércoles en la región, que provocaron decenas de desaparecidos y exigió a las autoridades sirias que esclarezcan lo sucedido.
Paralelamente, al menos 14 opositores fueron detenidos en Damasco, entre ellos la bloguera Razan Ghazawi, uno de los símbolos de la revuelta popular contra el gobierno Asad, y el periodista Mazen Darwich.
El abogado Anuar al Bunni explicó que los activistas fueron detenidos "hacia las 14H00 locales" (12H00 GMT) por miembros de los servicios de seguridad "en el Centro Sirio por los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión", fundado y dirigido por Darwich y ubicado en el centro de la capital.
Bunni, miembro del Centro Sirio para Estudios Legales, condenó la acción y pidió la liberación de los detenidos. La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) también exigió que los arrestados sean puestos en libertad.
Esta intensificación de la violencia se produce a escasas horas de que la Asamblea General de la ONU se pronuncie sobre un proyecto de resolución de condena de la represión, menos de dos semanas después del veto de Rusia y China a una iniciativa similar en el Consejo de Seguridad.
La adopción de un texto es muy probable, pese a que Rusia anunció que no lo apoyará, pero su alcance será simbólico.
En este contexto, la oposición siria llamó a boicotear el referéndum sobre un proyecto de Constitución elaborado por el régimen previsto para el 26 de febrero./AFP