Los rebeldes sirios tomaban posesión el miércoles de la inmensa base 46, una de las últimas plataformas del ejército en el noroeste de Siria y guarniciones estratégicas al oeste de Alepo con las que se hicieron a principios de la semana, según un periodista de la AFP.
Tres días después de su asalto victorioso, los rebeldes estaban ocupados a retirar los últimos cadáveres de soldados de los edificios derruidos de la caserna.
Los rebeldes se hicieron con la base en la provincia de Alepo después de semanas de intensos combates con las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.
Es una "victoria mayor" para la rebelión, se felicitó el general Mohamed Ahmad al Faj, quien dirigió el ataque. "Es una de nuestras victorias más grandes desde el inicio de la revolución" en marzo de 2011, estimó este jefe rebelde en la provincia de Idleb (noreste).
Más de 300 militares de las tropas de Asad han muerto en los combates y otros 70 soldados son ahora prisioneros y "serán juzgados pronto", añadió.
AFP