Los rebeldes sirios recibieron el martes con reservas la decisión de la Unión Europea (UE) de levantar el embargo sobre las armas, al considerar que llega demasiado tarde, y poco después Rusia justificó una entrega de misiles antiaéreos al régimen de Damasco para impedir una intervención exterior en el conflicto.
El fin del embargo de la UE sobre la entrega de armas a los rebeldes es insuficiente y llega "demasiado tarde", se lamentó el martes un portavoz de la Coalición Nacional de la oposición siria, reunida en Estambul.
"Se trata desde luego de un paso positivo pero tememos que sea insuficiente y llegue demasiado tarde", declaró a la AFP Louay Safi.
Los ministros de Exteriores de la UE acordaron el lunes en Bruselas levantar ese embargo, pero ningún país tiene intención de realizar entregas en los dos próximos meses para no entorpecer la iniciativa de paz ruso-estadounidense, que prevé una conferencia internacional sobre Siria.
Esta conferencia, prevista en Ginebra, tiene como objetivo poner fin a una guerra civil que en dos años ha dejado, según una ONG, más de 94.000 muertos.
Sin embargo, el levantamiento del embargo sobre las armas por parte de la UE "perjudicará directamente" las posibilidades de celebrar esa conferencia, reaccionó de inmediato Rusia.
"Esto perjudica directamente las posibilidades de la preparación de una conferencia internacional", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov.
El viceministro afirmó además que las entregas previstas de sofisticados misiles antiaéreos S-300 rusos a Siria son un factor de "estabilización" cuyo objetivo es disuadir cualquier idea de intervención exterior en el conflicto.
"Consideramos estos suministros como un factor de estabilización" declaró Riabkov, interrogado sobre el suministro a Siria de estos sistemas capaces de interceptar aviones y misiles guiados, equivalentes a los Patriots estadounidenses.
"Creemos que medidas de este tipo disuaden a algunos espíritus acalorados de contemplar escenarios que impliquen internacionalizar el conflicto, mediante la participación de fuerzas extranjeras" declaró el responsable, quien subrayó que el contrato para la entrega de los S-300 fue firmado "hace algunos años".
Esta vez fue Israel el que inmediatamente reaccionó a estas palabras, en un contexto de creciente internacionalización del conflicto en Siria.
Israel "sabrá qué hacer" si Rusia entrega sistemas de defensa antiaérea S-300 a Siria, advirtió el ministro israelí de Defensa, Moshé Yaalon. "Las entregas no se han producido y espero que no se produzcan. Pero si por desgracia (los S-300) llegan a Siria, sabremos qué hacer", afirmó Yaalon.
Sin tregua en torno a Quseir
En el campo de batalla, no hay tregua en la batalla por la estratégica ciudad de Quseir, cerca de la frontera norte del Líbano, que las fuerzas del régimen intentan reconquistar con el apoyo de las milicias libanesas de Hezbolá.
Al respecto, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se pronunciará el miércoles sobre un proyecto de resolución que condena "la intervención de combatientes extranjeros" en Quseir.
Este proyecto de resolución, presentado por Estados Unidos, Turquía y Catar, se refiere principalmente al Hezbolá libanés, aunque no lo menciona. El texto será debatido este martes en Ginebra y analizado el miércoles en un debate urgente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuyas resoluciones no son vinculantes.
En momentos en que crecen los temores de una propagación del conflicto, en Líbano tres soldados del ejército libanés resultaron muertos la noche del lunes en Aarsal, localidad cercana a la frontera con Siria y favorable a la rebelión, según los servicios de seguridad libaneses.
Desde el principio de la rebelión en Siria, en marzo de 2011, varios incidentes, a veces mortales, se han producido en las fronteras norte y este de Líbano, sobre todo en esa localidad sunita por la que transitan numerosos refugiados que huyen de las violencias así como combatientes hostiles al régimen de Asad.
Por su parte, Israel lanzó el domingo un "ejercicio organizado para hacer frente a cualquier acontecimiento de urgencia, como ataques (...) de misiles con cabezas químicas", afirmó el general Eyal Eisenberg, encargado de la Defensa pasiva, en una conferencia de prensa.
Israel llevó a cabo a principios de mayo dos bombardeos aéreos contra objetivos militares cerca de Damasco, y aseguró que su objetivo es impedir una entrega de armas al Hezbolá, formación apoyada también por Irán, gran enemigo del Estado hebreo.