El ser humano invierte, por término medio, un tercio de su vida en dormir. Los estudios sobre las problemáticas que genera en adultos son amplias; no obstante, en lo que tiene que ver con niños no hay tanta información. En ese sentido, recientemente en el país, la Universidad de Boyacá hizo un estudio que ha puesto al descubierto infinidad de casos sobre niños que padecen de insomnio.
Así, se logró determinar que el 98% de los casos de falta de sueño en los niños son producidos por prácticas incorrectas como: no mantener horarios regulares para acostarse y levantarse, utilizar la cama y el dormitorio para actividades distintas de dormir como leer, ver televisión, comer, o estudiar.
Además, se estableció que los padres en su angustia y desinformación usan elementos externos para facilitar el sueño del niño como la compañía quedarse con ellos para que se duerma, factor contraproducente dado que genera un hábito que impida al niño dormir solo a futuro.
Los despertares nocturnos son normales a ciertas edades: aparecen en un 20-40% de los niños menores de 3 años, en un 15% a los 3 años y en un 2% de los niños a los 5 años.
La sicóloga Ana María Reyes asegura que: “es importante entender que un trastorno del sueño no está determinado con el número de horas de sueño, sino con la capacidad que tiene esta función de recuperar el sistema nervioso, permitiendo a la persona funcionar de manera idónea al siguiente día”.
El sueño juega un papel fundamental en el desarrollo y bienestar infantil. Favorece los procesos de atención y memoria, ayuda en la consolidación de aprendizaje y promueve un mejor comportamiento. A pesar de que el sueño no se relaciona con el movimiento, está considerado como una conducta asociada. Dormir es una actividad necesaria, porque con ella se restablece la energía consumida durante el día.
La sicóloga, directora de la Fundación Syncronía y una de las mayores expertas en Latinoamérica en Neurofeedback explica incertidumbres sobre el insomnio en los niños.
¿Qué se debe hacer si el niño tiene dificultad para conciliar el sueño?
Instaurar rutinas que hagan asociar al niño con momentos de relajación y la hora de ir a dormir. Cantarles o el baño nocturno pueden ser buenas señales para el niño. Intentar siempre poner al niño en la cama o cuna despierto y dejar que le coja el sueño por si solo.
¿Qué debería hacer si mi hijo se despierta frecuentemente por la noche?
Los niños y los padres tienen diferentes maneras de reaccionar durante los despertares nocturnos, que hacen difícil la comunicación padre e hijo en esos momentos. Cuando el niño se despierta durante la noche se trata de ir alargando los tiempos, iniciando por 30 segundos, posteriormente 1 minuto y así progresivamente hasta que el niño consigue dormirse por si solo. Es importante que no se sienta culpable cuando su hijo llore y no responda a su llamada, porque no le está causando ningún trauma psicológico.
¿Cuáles son las consecuencias del insomnio infantil?
El insomnio acarrea consecuencias tanto físicas como psicológicas para los pequeños como: dificultad para despertarse por la mañana, somnolencia diurna, malhumor, cefalea, sequedad de boca, problemas de concentración, depresión, falta de memoria, bajo rendimiento escolar, irritabilidad y otros problemas emocionales o de conducta.
¿Cómo influye el Neurofeedback en el insomnio en los niños?
En ocasiones no se pueden lograr cambios desde el manejo de la higiene del sueño, por es indispensable entender el origen por medio de un mapeo cerebral. Esto se lleva a cabo por el entrenamiento Neurofeedback, que permite regular las ondas cerebrales de manera totalmente natural. La recuperación del sueño dependiendo de la problemática, se puede dar en 3 o 4 meses.
El entrenamiento no tiene ninguna consecuencia secundaria, por lo que su tratamiento es muy ameno para los niños, ya que se lo que se va hacer en el entrenamiento, es ver una película.