INFORME. Los alemanes elegirán la estabilidad | El Nuevo Siglo
Foto archivo Agence France Press
Sábado, 23 de Septiembre de 2017
Federico Cárdenas*
Todo indica que Ángela Merkel continuará siendo la canciller de Alemania, en unas elecciones que marcan un giro a la derecha en la composición del Parlamento alemán (bundestag). 

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Berlín- LA percepción general que los extranjeros suelen tener de los alemanes es que son serios, apegados a las reglas y en general tienen una aversión al riesgo y al cambio. Dicha descripción no solo aplica para sus ciudadanos sino también para las elecciones que tendrán lugar hoy.

La campaña electoral ha sido respetuosa, sobria, sin ataques personales o plagados de mentiras (por no acudir al eufemismo de “posverdad” –como tristemente nos acostumbramos durante el 2016 con las elecciones del ‘brexit’, el plebiscito colombiano y las elecciones estadounidenses–. Merkel será reelegida y la coalición de gobierno seguirá siendo la misma entre su partido, los conservadores de la Unión Democrática Cristiana (CDU) y  los socialdemócratas del (SPD), salvo alguna sorpresa. El único cambio, pero no por ello menor, será la llegada por primera vez al Parlamento de un partido de derecha radical, el partido Alternativa por Alemania (AfD).

Las manifestaciones políticas que han tenido lugar en las últimas semanas tienden a realizarse en lugares cerrados y dirigidos a públicos específicos del electorado; son escasos los discursos en plazas públicas encaminados a convencer transeúntes incautos para que voten por determinado candidato. En los bares y cafés berlineses se escuchan conversaciones sobre la contienda electoral, caracterizadas más por su brevedad que por su intensidad. Al hablar con los alemanes sobre la política en su país uno se encuentra con diversas críticas específicas, incluso ácidas, frente algunos aspectos puntuales, sin embargo, en términos generales creen que el país no se encuentra por mal camino.

Parsimonia, ¿por estabilidad?

Gran parte de la parsimonia de estas elecciones se debe principalmente a dos motivos: por un lado, la estabilidad económica y social que ha gozado el país durante los últimos años, llevan a que los alemanes no vean la necesidad de un cambio sustancial en las políticas gubernamentales generales – salvo algunos aspectos puntuales –; y por el otro, la ausencia de temas específicos que dividan y capturen la atención de la mayoría del electorado.

 

“En los bares y cafés berlineses se escuchan conversaciones sobre la contienda electoral, caracterizadas más por su brevedad que por su intensidad.”

En este punto cabe recordar que el gobierno de los últimos cuatro años ha sido el resultado de una coalición entre el CDU y el SPD, por lo cual las diferencias entre los programas de gobierno de los dos partidos tienden a ser mínimas. Así mismo, a pesar de llevar más de una década en el poder, Merkel no es objeto del fuerte rechazo que suele generar en otros países estar tanto tiempo en el poder. Por otra parte, Martin Schulz, no ha logrado cautivar al electorado que siente que es hora de un cambio por dos razones básicas: una es la falta de diferenciación de las políticas del CDU y la segunda es su falta de carisma.

Las encuestas más recientes muestran una amplia ventaja del CDU, que lograría alrededor del 36% de los votos, mientras que el SPD apenas alcanzaría un 22%. En cuanto a los partidos más pequeños, el Partido Verde (Die Grünen), el Partido Liberal (FDP), el Partido La Izquierda (Die Linke) lograrían, cada uno,  alrededor del 9% de los votos, resultados consistentes con las demás encuestas realizadas en los últimos meses. La única sorpresa es el repunte del AFD que no solo logrará entrar al Parlamento por primera vez en su corta historia, sino que potencialmente logrará cerca del 12% de los votos, convirtiéndose en el tercer partido más grande en el Parlamento, algo impensable en la política alemana hasta hace pocos años

Principales preocupaciones

Las principales preocupaciones de los electores alemanes giran en torno a la economía, la inmigración, la seguridad y la energía. Si bien la economía alemana se mantiene estable e incluso ha experimentado un leve crecimiento durante los últimos periodos, existe un debate alrededor de cuál debe ser el rumbo que debe tomar en los próximos años. Los críticos de Merkel señalan que el país ha desaprovechado el superávit fiscal que tiene y se ha tardado en realizar inversiones en áreas que se encuentran atrasadas, como la educación, la infraestructura y la salud. La política económica de la canciller se ha concentrado en mantener una línea fiscal férrea y otorgar exenciones tributarias para dinamizar la economía, mientras que el SPD ha hecho énfasis en la necesidad de un mayor gasto gubernamental en educación, infraestructura, bienestar social, energía, investigación y digitalización para que Alemania siga siendo competitiva en materia económica.

Un tema que fue especialmente álgido en 2015 y parte de 2016 fue la inmigración e integración de los refugiados. Merkel optó, incluso contra la voluntad de gran parte de su partido, por recibir a un gran número de inmigrantes y refugiados. Ahora el reto consiste en lograr que se integren exitosamente a la sociedad alemana, en lo cual el SPD y el CDU coinciden en la necesidad de que el Estado promueva acceso a programas que la  faciliten. El único partido que ha logrado diferenciarse en este tema es el AFD, que propende por un cambio de 180 grados en la política migratoria, proponiendo desde el cierre de fronteras hasta la expulsión de los inmigrantes y refugiados que han llegado al país.

En cuanto al tema de seguridad, el fantasma del terrorismo sigue estando presente, especialmente tras los atentados de Berlín en la navidad pasada. Ambos partidos coinciden – nuevamente – en la necesidad de reforzar y modernizar las fuerzas militares y policiales.

El tema energético también genera interés en los electores, especialmente en lo referente a la generación y promoción de energías renovables. Durante los últimos años Alemania ha invertido fuertemente en el fomento de este tipo de energías, sin embargo existen múltiples dudas respecto a la eficiencia de dichos programas y si efectivamente se logrará eliminar la dependencia de energías no renovables.

A pesar de un triunfo prácticamente asegurado, el CDU no logrará las mayorías suficientes para tener control total del parlamento, lo que lo obligará a formar coaliciones. El aliado natural del CDU es el FDP, sin embargo difícilmente lograrían los votos necesarios para ser el socio estratégico, por lo cual se vislumbra una nueva alianza entre CDU y SPD. Ser parte de la coalición no es necesariamente favorable para el SPD, pues le resta independencia a la hora de criticar y desmarcarse del gobierno, afectando sus ambiciones electorales.

La llegada del AFD como el tercer partido más fuerte del Parlamento probablemente haga que los partidos tradicionales opten por aliarse para evitar polarizaciones y bloquear el fortalecimiento del populismo de extrema derecha. Como lo resume Annika, consultora especializada en el sector público, el elector alemán, fiel a su tradicional aversión al riesgo, reelegirá la fórmula de Merkel, que a pesar de sus defectos, ha logrado posicionar a Alemania como el líder natural de Europa.

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* Candidato a Magister en políticas públicas de la universidad Hertie School of Governance en Berlín, Alemania

 

 

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