De 151 universidades de Colombia, 47 estatales y 104 privadas, que fueron consultadas por el Programa Presidencial Indígena, 35 registran 4.554 indígenas profesionales: 239 técnicos, 1.792 tecnólogos, 2.018 profesionales, 448 especialistas, 51 magísteres y 6 doctores. Sectores como salud, educación, ciencias humanas, sociales y económicas, derecho, arquitectura, administración de empresas e ingenierías son solo algunas de las 87 disciplinas en las que estos profesionales se desempeñan.
Ellos y ellas, provenientes de 49 de los 102 pueblos indígenas, de los cuales 2.434 son mujeres y 2.117 hombres. Verdaderos luchadores y victoriosas personalidades, quienes han logrado superar los obstáculos de acceder al sistema educativo, permanecer durante todo el ciclo (primaria, secundaria y superior) y culminar con éxito su propósito, representan hoy a los indígenas colombianos que lograron ejercer su derecho a la educación.
Para Gabriel Muyuy, director del Programa Presidencial Indígena, tal potencial invita al Programa a identificarles, y convocarles para diseñar participativamente mecanismos que promuevan el aunar esfuerzos personales y profesionales que contribuyan a la transformación de la situación de empobrecimiento histórico de los pueblos indígenas en Colombia.
“Nos urge combinar los saberes indígenas y no indígenas para proponer soluciones innovadoras a las realidades de nuestros pueblos. El valor de lo que pueden aportar quienes han salido de universidades colombianas es también importante; el solo comprender los lenguajes que recrean conceptos, principios y visiones del mundo diversas, resulta ya estratégico para la promoción de una Colombia que avance hacia el fortalecimiento de una sociedad incluyente, socialmente democrática y verdaderamente pluralista. Sus resultados los podremos reconocer en la convivencia y la paz de un país que apropia mecanismos para la mejor comprensión entre pueblos indígenas, Estados y sociedades” afirmó el alto funcionario durante la instalación del Encuentro de Profesionales Indígenas colombianos.
El evento que, concentró los esfuerzos y la experiencia de vida de cada uno de sus participantes, culminó con iniciativas como la de organizar grupos de trabajos especializados desde disciplinas como el derecho, la salud y las ciencias económicas, administrativas y humanas, que puedan contribuir al debate público y a retroalimentar nuevas dinámicas que transformen la actual situación en mejor garantía de los derechos para el desarrollo integral de los pueblos indígenas.