por Olga ROTENBERG
El primer ministro griego Alexis Tsipras condenó en una reunión en Moscú con el presidente ruso Vladimir Putin las sanciones occidentales contra Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania y reivindicó la independencia de su país frente a la Unión Europea.
La visita de Tsipras había provocado el recelo de Europa, que teme que Moscú dé ayuda económica al país, inmerso en la negociación de un nuevo tramo de ayuda financiera vital con sus acreedores (la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional).
"Grecia es un Estado soberano con un derecho incuestionable para llevar a cabo su propia política extranjera", dijo Tspiras tras su reunión con Putin en el Kremlin. "Para resolver esta profunda crisis [en Ucrania] hay que poner fin al círculo vicioso de las sanciones", añadió.
A pesar de la mención de un "plan de acción conjunta", ambos mandatarios no llegaron a ningún acuerdo concreto sobre esta cuestión.
Putin recalcó por su parte que Atenas no había pedido ayuda financiera a Moscú y que seguirá en vigor el embargo sobre les productos agrícolas griegos que Rusia aplica también a otros países europeos.
"No podemos hacer una excepción para un país en la Unión Europea", dijo el presidente ruso. Este embargo es en represalia a las sanciones occidentales por el conflicto en Ucrania.
Los líderes europeos temían que la reunión se convirtiera en un intento de Putin para romper el frágil equilibrio en Europa sobre la actitud a adoptar frente a Rusia, a los que los occidentales acusan de intervenir en el este separatista prorruso ucraniano.
"No forzamos a nadie a hacer nada", dijo Putin.
Ambos países, que comparten la religión cristiana ortodoxa, quieren intensificar su relaciones económicas, y Tsipras tiene previsto volver a Moscú en mayo para las ceremonias de conmemoración del fin de la II Guerra Mundial.
Los dos líderes también hablaron de cuestiones energéticas y de la posible participación de Grecia en el proyecto del gasoducto ruso llamado Turkish Stream.
Tsipras se reunirá el jueves con su homólogo ruso Dmitri Medvedev.
- "No se acerquen demasiado" -
Antes de la reunión, varios líderes europeos advirtieron a Grecia del peligro de alejarse de la Unión Europea y de acercase a Rusia, sobre todo en plena negociación sobre la ayuda financiera.
"Es perfectamente normal que hay reuniones pero recomendaría urgentemente no acercarse demasiado", dijo el ministro de Finanzas austriaco Hans Jorg Schelling en una entrevista radiofónica.
Por su parte un portavoz de la Unión Europea pidió unidad en Europa sobre el conflicto en Ucrania. "Hasta ahora hemos estado unidos y esperamos seguir unidos", afirmó Margaritis Schinas.
Durante el fin de semana, el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel, quiso minimizar la importancia de la reunión. "No puedo imaginarme que alguien en Atenas esté dispuesto a dar la espalda a Europa para echarse en los brazos de Rusia", explicó en una entrevista al Rheinische Post.
Tanto en Rusia como en Grecia los observadores descartan cambios diplomáticos importantes y recuerdan que Rusia está también inmersa en una crisis económica.
"El gobierno de Tsipras es ambiguo sobre sus intenciones, como si dijera a los europeos 'nunca hay que dar nada por hecho'" pero se trata ante todo de una "táctica" y no de un cambio de rumbo diplomático, según Constantinos Filis, director de investigación en el Instituto de Relaciones Internacionales en Atenas/AFP.