Italia se despertó ayer bajo el fuego de los mercados ante el posible regreso al poder de Silvio Berlusconi y la renuncia del tecnócrata primer ministro Mario Monti, artífice de la estabilidad, quien intentó minimizar el clima de tempestad financiera.
"Los mercados no deben temer un vacío de poder", advirtió Monti desde Oslo (Noruega), donde asistió a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea.
La inesperada decisión de Monti de dimitir una vez se aprueben los presupuestos para el año próximo, consecutiva a la decisión de Berlusconi de retirarle el apoyo al gobierno técnico, desató notables turbulencias en los mercados.
La Bolsade Milán cerró ayer con una caída del 2,20% por la incertidumbre política.
Los valores bancarios fueron los más afectados, con caídas de un 5%, por el temor de los inversores a nuevas tensiones.
Entre los pocos títulos que cerraron la jornada positivamente figura Mediaset, de propiedad de Berlusconi, que ganó el 2,05%.
Por su parte el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo de 0,2% en el tercer trimestre con relación al precedente y del 2,4% en un año, según cifras oficiales.
El regreso de Berlusconi al ruedo político y sus críticas a las severas medidas adoptadas por Monti para enderezar la economía y disminuir la colosal deuda pública, en general aplaudidas por la Unión Europea, hicieron saltar todas las alarmas.
Además avivaron los recuerdos del 'año negro', cuando Italia, tercera economía de la región, se encontraba en el abismo y corría el riesgo de salir de la zona euro.
Las principales bolsas europeas abrieron a la baja y la prima de riesgo, que la semana pasada había bajado por debajo de los 300 puntos por primera vez desde marzo, se disparó ayer hasta los 360 puntos.
Nada comparable sin embargo a cuando alcanzó la cifra récord de 600 puntos hace un año y se temía el contagio.