La huella y la firma de ciudadanos ya no tendrían cabida en el sistema electoral colombiano en el sistema manual, más ahora que el país debe encaminarse al voto electrónico y la implementación de la biometría (lectura de huella de forma electrónica) en las elecciones de 2014.
En ese sentido el registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, explicó que por razones fácticas la huella y la firma de los votantes no fueron incluidas en el formulario E-11 en los comicios regionales del pasado 30 de octubre, como se hacía anteriormente.
En este formulario se registran los datos de los votantes, labor que es desarrollada por el vicepresidente de la mesa con cada uno de los electores. Al cierre de la jornada el jurado debe contabilizar el total de personas que votaron en la mesa y ese total se registra en la última página del formulario Acta de Instalación y Registro General de Votantes, E-11 especificando el total de hombres y de mujeres.
Una vez totalizado el número de votantes, los jurados abren la urna y extraen los votos y, sin abrir las tarjetas ni mirar la marcación, las cuentan. El resultado del conteo se lee en voz alta y se compara con el total de votantes registrado en los formularios E-11.
La firma y la huella del votante en el formulario E-11 se establecieron con el fin de verificar la identidad del votante, sin embargo por razones prácticas fueron eliminados por parte de la Registraduría en esta oportunidad.
Sin embargo este hecho no fue visto con buenos ojos por parte de la Misión de Veeduría Electoral de la ONU que participó en los pasados comicios. En ese sentido Beatriz Paredes, jefa de los delegados internacionales, señaló que “la misión considera que al haber eliminado la firma de elector y la huella en el formulario E-11 del registro del votante en la mesa de votación se redujeron los mecanismos de certidumbre para prevenir la trashumancia y suplantación del sufragio”.
La huella en el formulario E-11 no es un mecanismo efectivo de control porque la persona que quiere hacer fraude se las ingenia para estamparla de forma irregular, señaló el Registrador Nacional.
En este sentido el funcionario dijo que en las elecciones de 2010 se hizo una prueba tomando como caso el municipio de Soledad (Atlántico), con altos indicadores históricos de suplantación del elector.
Explicó que la idea era digitalizar los formularios E-11 para luego compararlos con la base de datos de la Registraduría. “Se compararon 21 mil huellas y no se pudieron comparar en la práctica porque la persona que hace el fraude no va a poner la huella como si fuera en una notaría, que serían todas las trazas, sino que la hace totalmente remachada, cosa que no pueda ser comparada. O sea no podemos ser tan ingenuos para creer que si alguien va a hacer fraude y lo van a controlar, va a buscar la manera para que no lo controlen”, dijo.
En cuanto a la eliminación de la firma en el formulario E-11, el registrador Sánchez explicó que el organismo a su cargo no tiene grafólogos desde, “el 2001, creo que se hizo una reforma a la planta de grafólogos”.
El funcionario dijo que cuando se exige esta prueba, como es el caso de la revisión de firmas que respaldan candidatos, “hay que contratarlos especialmente, y aún así los grafólogos solo hacen pruebas selectivas de un universo, no son pruebas que permitan ver el cien por ciento”.
En este sentido el Registrador Nacional señaló que en el caso de las candidaturas por firmas para los comicios regionales, el universo de firmas que se revisó fue apenas del 3 por ciento.