La ONU se mostró este lunes "horrorizada" por el último ataque aéreo del régimen sirio, que dejó casi 100 muertos en un mercado cerca de Damasco, uno de los más mortíferos desde el inicio de la guerra, en 2011.
El ataque que se produjo el domingo en Duma, principal bastión rebelde de la región de Damasco, fue también condenado por Estados Unidos y la Unión Europea.
Tuvo lugar en la misma zona y casi dos años después de un ataque con armas químicas que Occidente y la oposición atribuyen al régimen de Bashar al Asad.
Una serie de bombardeos aéreos del régimen sirio atacaron el domingo un mercado muy concurrido del centro de Duma, 13 km al noreste de Damasco y bajo control insurgente desde hace casi tres años.
"El balance ha subido a 96 muertos, entre ellos al menos dos mujeres y cuatro niños", informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), subrayando que el número de víctimas podía aumentar, dado el estado crítico de muchos heridos.
Al menos 240 personas resultaron heridas, según la misma ONG, con sede en Reino Unido y que cuenta con una amplia red de fuentes sobre el terreno.
El lunes, los aviones del régimen volvieron a atacar en cuatro ocasiones la misma localidad.
Un fotógrafo de la AFP presente en el lugar pudo comprobar que muchos deudos que intentaban llegar al cementerio para enterrar a sus muertos no lograban hacerlo a causa de estos ataques por aire lanzados domingo y lunes.
- Niños cubiertos de sangre -
Al de la víspera, el fotógrafo lo describió como el peor ataque que había cubierto en Duma.
Tras los bombardeos, vio a habitantes de la ciudad transportando en medio de la desesperación a numerosos heridos a un hospital improvisado. A falta de espacio, numerosos cadáveres yacían alineados en el suelo cubierto de sangre e inclusive en el exterior del hospital. Numerosos niños, cubiertos de sangre, lloraban y gritaban de dolor.
Un video colgado en línea por militantes mostraba vehículos calcinados en medio de escombros, en tanto numerosas fachadas de edificios se habían derrumbado.
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, juzgó "inaceptable para un gobierno matar a sus propios ciudadanos, cualesquiera sean las circunstancias", según un comunicado.
"El bombardeo del gobierno ayer sobre Duma fue devastador, los ataques contra zonas civiles con el lanzamiento a ciegas de bombas aéreas, tales como las incendiarias, están prohibidos por el derecho internacional", añadió.
Por su parte, el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O'Brien, de visita en Damasco en el momento de los ataques, se mostró "horrorizado por la falta total de respeto que se muestra para con las vidas de los civiles en este conflicto".
El responsable, que realiza su primera visita a Siria, se manifestó "aterrado" por el balance de víctimas en Duma.
O'Brien había acudido a Damasco para evaluar las necesidades humanitarias de Siria, un país con más de 7,6 millones de desplazados internos y 422.000 civiles asediados por los beligerantes, según Naciones Unidas.
"Es una masacre deliberada" afirmó por su lado Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
- "Barbarie primaria" -
"Se trata de la barbarie primaria, del odio contra el Hombre", afirmó el jefe de esta coalición en el exilio, Jaled Joja, denunciando indirectamente la complicidad en particular de Rusia e Irán con el régimen de Asad.
"Aquellos que arman a este régimen e impiden al Consejo de seguridad (de la ONU) responzabilizarlo son cómplices de estos crímenes", agregó en referencia a Moscú que ha impuesto su veto en varias ocasiones a una resolución de la ONU que condene al gobierno de Damasco.
Estados Unidos condenó el lunes "con la mayor contundencia" los "brutales" bombardeos del gobierno sirio y denunció "el desprecio del régimen por la vida humana".
La Unión Europea afirmó por su parte que "los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos y asesinato de miles de civiles deben responder".
En Moscú, durante un encuentro con su homólogo iraní, Javad Zarif, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, juzgó "inaceptable" imponer la partida del presidente sirio Asad como condición previa a una solución política.
El conflicto en Siria se desencadenó en 2011 con la cruenta represión de las manifestaciones pacíficas contra el régimen de Al Asad, lo que degeneró en conflicto armado y se fue convirtiendo en una compleja guerra civil en la que se enfrentan el régimen, los rebeldes, los kurdos y los yihadistas.
Desde entonces han muerto más de 240.000 personas y más de cuatro millones han huido del país.