Aunque se siguen presentando acciones como las de La Guajira que costó la vida de numerosos soldados, “la tendencia su es a ganar territorio” por parte del Estado, aseguró Álvaro Balcázar, director de la Unidad Administrativa de Consolidación Territorial.
“En eso estamos totalmente claros y hemos estado ganando territorio de manera progresiva”, le manifestó a este Diario.
“Hoy en día nos alarma y nos produce mucho dolor lo que pasó en La Guajira, pero si ustedes lo notan cada vez más ese tipo de actos están cuando se trata de acciones de estructura armada contra la fuerza pública focalizados en determinadas áreas donde todavía el Estado, la fuerza pública no ha logrado la recuperación básica del control institucional. Entonces, cada vez más están más arrinconados digamos en determinadas áreas mucho más reducidas”, dijo el funcionario.
EL NUEVO SIGLO: ¿En qué consiste la política de consolidación?
ÁLVARO BALCÁZAR: La política de consolidación es recuperar los territorios que han padecido por mucho tiempo la violencia y el problema de la ocupación ilegal del territorio.
La falta de presencia del Estado dio lugar a que florecieran organizaciones como estructuras de poder ilegal que llegaron a ejercer control ilegal sobre el territorio.
Justamente, también por ausencia del Estado se creó la oportunidad y pues eso dio lugar a todo lo que estamos viviendo de conflicto y de uso ilícito del territorio. Los cultivos ilícitos, en los que se articularon las organizaciones armadas y el uso ilegal del territorio como fuente de financiamiento, hacen parte del mismo problema.
Lo que tradicionalmente se hacía era dejar el problema como si ese fuera un asunto de solución estrictamente militar y de policía, como si fuera solo un problema de uso de la fuerza legítima del Estado.
La novedad consiste en que se entiende el problema como la recuperación de la presencia del Estado que fue lo que dio origen realmente al problema. Ahí está la clave.
Lo que hace la Unidad de Consolidación y la política de consolidación de este Gobierno es precisamente crear una estructura dentro del Estado que coordine la movilización de todo el Estado hacia los territorios que han sido focalizados para implementar esta política que son los territorios de más alto valor estratégico en la estructura del conflicto. Usted ve, por ejemplo, que está la región de La Macarena – Caguán, está la región de la Codillera Central – sur del Tolima con Cauca, está Tumaco, Putumayo, Catatumbo, la región del Nudo de Paramillo que es sur de Córdoba – Bajo Cauca antioqueño y un área muy emblemática, muy importante para la implementación y la prueba de la política de consolidación que es Montes de María, en donde ya no tenemos un problema de amenaza de estructuras armadas ilegales, pero quedó todo lo que dejó como herencia esa situación ilegal que es un problema muy grave de aislamiento, de abandono, de pobreza, marginalidad y de una gran debilidad institucional de los gobiernos territoriales.
Eso es lo que tratamos de hacer entonces. Lo que vamos a hacer en la política de consolidación es la recuperación de la presencia del Estado en el territorio de manera de que podamos garantizarle a los ciudadanos que sus relaciones y sus vidas no van a ser gobernadas por las regulaciones arbitrarias ilegales, sino por las regulaciones constitucionales y legítimas que ha construido la sociedad colombiana.
Es amparando entonces el goce efectivo de los derechos constitucionales de los ciudadanos en esos territorios.
ENS: ¿Avanzamos en reconquistar ese territorio?
ÁB: La política de consolidación no es una política que es estrictamente postconflicto, o sea que suponemos que ya se superó el problema de la amenaza armada. No.
La característica que tiene la política de consolidación es que ocurre en simultánea con el proceso del conflicto mismo. Va respaldando el avance que logran los militares y la fuerza pública en los territorios. En esa medida la política de consolidación lo que hace es ir reforzando los avances para que no haya regreso, retorno.
Ahora ese no es un proceso lineal y que lo ganado ya no se pierde. No. Este es un proceso dinámico, en el que a veces se gana, se retrocede y vuelve y avanza, como todo problema de manejo y de dinámica de los conflictos.
Pero lo importante es que podamos estar percibiendo que a pesar de que puede ser fluctuante, la tendencia su es a ganar territorio. En eso estamos totalmente claros y hemos estado ganando territorio de manera progresiva.
Hoy en día nos alarma y nos produce mucho dolor lo que pasó en La Guajira, pero si ustedes lo notan cada vez más ese tipo de actos están cuando se trata de acciones de estructura armada contra la fuerza pública focalizados en determinadas áreas donde todavía el Estado, la fuerza pública no ha logrado la recuperación básica del control institucional. Entonces, cada vez más están más arrinconados digamos en determinadas áreas mucho más reducidas. Ya no tenemos un problema como lo tuvimos a principios de este milenio, cuando encontrábamos actos de esta naturaleza en muchísimos municipios del país. Se tomaban las cabeceras municipales, atacaban las instalaciones militares, los puestos de policía, cerca de 450 municipios estaban sometidos, eran muy vulnerables al ataque de las organizaciones armadas ilegales.
Hoy no ocurre así. Si vemos la geografía de lo que está ocurriendo cada vez está más, digámoslo así, focalizado, porque el Estado le ha ido ganando el territorio a las organizaciones armadas ilegales, ha ido recuperando y manteniendo el control, consolidando el control institucional del territorio en esas zonas es lo que hay que mirar.
Estos actos es triste decirlo van a seguir ocurriendo porque no hemos superado el conflicto. El problema del conflicto desde el punto de vista militar se ha avanzado pero continúa.
Estamos trabajando durante el conflicto. Nos somos una política postconflicto, como una acción del Estado para acortar el sufrimiento, acortar el tiempo de duración del conflicto y creando condiciones irreversibles para una paz duradera.
ENS: ¿Cómo es el asunto en los Montes de María?
ÁB:Esa es la zona en la que pudiéramos decir que actuamos casi en la lógica del postconflicto. Porque en Montes de María ya superamos la fase militar del conflicto y estamos en la fase de reconstrucción institucional.
El conflicto originó despojo, abandono, desplazamiento. Todo eso es lo que estamos teniendo que ayudar a resolver.