Gobierno debe acelerar gasto por crecimiento | El Nuevo Siglo
Viernes, 5 de Abril de 2013

Si el Gobierno pretende acelerar el crecimiento en el segundo trimestre de este año, deberá incrementar el gasto público en infraestructura y obras civiles e impulsar una política industrial agresiva para elevar la demanda de productos.

 

Estos puntos son indispensables para superar los choques de oferta del año pasado y comienzos de este año. Así lo contemplan algunos analistas privados y el propio Banco de la República en su informe al Congreso.

Para el investigador Bernardo Ramírez, una de las principales medidas que debe tomar el Ejecutivo será acelerar el gasto público que ni en 2011 ni en 2012 presentó un comportamiento destacado.

Señala el analista que “con la sola iniciativa de incrementar el gasto público sobre todo en infraestructura, se van a beneficiar otros sectores directamente como es el industrial y el de servicios. El industrial, que tanto reclaman los empresarios, puede aprovechar una mejor colocación de su producción, sobre todo en lo que concierne a metalmecánica, fundición, estructuras y otros rubros que van a empujar necesariamente al sector manufacturero”.

 

Por otra parte, el Banco de la República señaló en su primer informe de este año al Legislativo que “la política monetaria más expansiva que se adelanta desde julio de 2012 deberá empezar a rendir sus frutos en el transcurso del año, permitiendo una aceleración de gasto privado, tanto en consumo como en inversión”.

Precisamente, el Emisor sostiene que no se esperan grandes cambios en el comportamiento de los diferentes componentes de la demanda agregada, excepto para el caso de la inversión en obras civiles y la construcción de edificaciones, sobre las cuales se prevé un mayor dinamismo en el presente año. Esto permitiría lograr un crecimiento para 2013 similar al del año anterior, que estaría alrededor del 4,0%.

Sin embargo, la institución precisa que las proyecciones de crecimiento para 2013 siguen dependiendo estrechamente de lo que suceda en el contexto internacional (especialmente en la Zona Euro y en los Estados Unidos), y de la forma cómo esto afecte el desempeño de la economía colombiana. “Mientras las medidas de ajuste económico sean efectivas en las economías desarrolladas, no se prevén riesgos de una contracción fuerte de la economía mundial, lo que en principio permite confiar en una expansión moderada de la demanda por nuestras exportaciones”, sostiene el Banco Central.

 

En un ambiente económico internacional débil e incierto, el Informe destaca que la economía colombiana alcanzó en 2012 una tasa de crecimiento de 4,0%.

En su análisis sobre el comportamiento de la economía, el Informe registra el desempeño tan diferente que se produjo entre el primero y el segundo semestres de 2012. Al respecto, subraya que durante la primera mitad del año la economía colombiana se mantuvo en línea con el pronóstico, al alcanzar crecimientos del PIB de 5,3% y de 5,0% en el primer y segundo trimestres respectivamente.

La demanda interna (tanto en sus componentes de consumo como de inversión) fue el principal soporte de la actividad durante este período, mientras que la demanda externa se fue debilitando paulatinamente ante la desaceleración de la economía mundial.

 

En contraste, la actividad económica durante el segundo semestre de 2012 mostró una marcada desaceleración, con tasas de crecimiento para el tercer y cuarto trimestres de 2,7% y 3,1%, respectivamente. Los factores que explicaron esta desaceleración se concentraron en el bajo dinamismo de la formación bruta de capital y en el menor aumento de las exportaciones netas, que ya venía observándose en el primer semestre.

El bajo crecimiento de la formación bruta de capital obedeció principalmente a la contracción del rubro de equipo de transporte, en tanto que construcción y edificaciones y obras civiles mostraron desempeños inestables entre el tercer y cuarto trimestres. Durante este período la industria manufacturera mantuvo su tendencia decreciente, mientras que los sectores de agricultura, comercio y transporte exhibieron crecimientos moderados. A esto se sumó el menor desempeño de la minería debido a problemas de orden público y dificultades de transporte, que afectaron la producción de carbón y petróleo.