El nuevo primer ministro de Túnez, Habib Essid, anunció tras semanas de negociaciones, un gobierno de coalición dominado por el partido vencedor de las legislativas Nidá Tunis, que contará también con representantes del partido islamista Ennahda.
"Hemos hecho cambios para ampliar la composición del gobierno con la entrada de nuevos partidos", dijo Essid, quien tuvo que renunciar a finales de enero a su ejecutivo inicial por las críticas, especialmente, de los islamistas.
El nuevo gobierno, el primero desde las elecciones de octubre, estará liderado por la formación Nidá Tunis del presidente Beji Caid Essebsi, que obtiene seis carteras, entre ellas la de Relaciones Exteriores.
Los ministerios de Interior, Defensa y Justicia recaerán en manos de independientes, mientras que Ennahda se hará con la cartera de Empleo y tres secretarías de Estado.
Además de Nidá Tunis (86 diputados) y Ennahda (69), otros dos partidos están representados en el ejecutivo: la Unión Patriótica Libre (16 diputados) de un millonario propietario de un club de fútbol y Afek Tunis (liberal, 8 diputados).
El Parlamento debe dar su visto bueno el miércoles a este ejecutivo, que podría contar con el apoyo de 179 de los 217 parlamentarios.
Tras las elecciones legislativas y presidenciales de finales de 2014, alabadas por la comunidad internacional, Túnez aparece como el modelo de transición democrática tras la revolución de enero de 2011 en el marco de la denominada "Primavera Árabe", máxime cuando otros Estados como Libia o Egipto se sumieron en el caos o en la represión.
No obstante, el país se enfrenta todavía a una situación económica complicada y a un desempleo muy elevado entre los jóvenes. Las cuestiones socioeconómicas fueron unos de los principales factores de la revuelta.
- 'Carrera contrarreloj' -
Túnez hace frente asimismo a los grupos yihadistas armados responsables de la muerte de decenas de militares y policías desde hace cuatro años, especialmente en la frontera con Argelia.
"No tenemos más tiempo que perder, estamos en una carrera contrarreloj", dijo Essid el lunes, un independiente que tuvo responsabilidades gubernamentales tanto durante la presidencia del dictador derrocado Zine el Abidine Ben Alí como durante el gobierno de los islamistas de Ennahda.
La participación de Ennahda se produce pese a que, durante la campaña electoral, los antiislamistas de Nidá Tunis rechazaron una alianza entre las dos formaciones que dominan actualmente el panorama político.
Según el politólogo Ahmed Manai, la participación "casi simbólica" de Ennahda busca "garantizar una mayoría absoluta y el apoyo de los islamistas en el Parlamento". "El presidente Beji Caid Essebsi quiso neutralizar al partido Ennahda", estimó Manai.
Numerosos representantes de Nidá Tunis mostraron su firme oposición durante el mes de enero a la entrada de los islamistas en la coalición, a quienes acusan de conducir a Túnez al borde del caos durante su gobierno entre principios de 2012 y principios de 2014.
La coalición de extrema izquierda Frente Popular (15 diputados) ya anunció que no darán su confianza al gobierno a causa de la presencia de los islamistas