44 bienes pertenecientes al desaparecido narcotraficante Hélmer Herrera Buitrago, alias ‘Pacho Herrera’ son ocupados con fines de extinción del derecho de dominio por la DIJIN.
Se trata de 15 parqueaderos, 13 locales comerciales, apartamentos, casas, lotes, oficinas y hasta dos vehículos, identificados y ubicados en Cali, la isla de San Andrés y el municipio de Circasia, en el departamento de Quindío.
Las propiedades, avaluadas en más de 10 mil millones de pesos, había sido adquiridas por “Pacho Herrera” mediante la modalidad de lavado de activos, consistente grandes inversiones en activos fijos, principalmente inmuebles, a fin de ocultar la procedencia de los dineros recaudados producto de actividades ilícitas, en este caso concreto el tráfico de clorhidrato de cocaína a gran escala para el Cartel de Cali, donde Herrera Buitrago llegó a ocupar el cuarto lugar en importancia.
De hecho, en su momento este individuo fue el encargado de abrir las rutas vía México, asegurando simultáneamente la importación de base de coca desde Perú y Bolivia, con destino a los laboratorios controlados por la organización de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela.
Después de su muerte a manos de Rafael Ángel Uribe durante un partido de fútbol en la Penitenciaría de La Picota, la cadena de testaferros heredada por “Pacho Herrera” siguió funcionando y administrando negocios mediante el blanqueo de capitales.