Gente. Turismo acabó con el sosiego de ciudad de los monjes | El Nuevo Siglo
Los monjes budistas hacen fila al amanecer para recibir comida y limosnas de los devotos frente a una pagoda./ AFP
Sábado, 10 de Febrero de 2024
Redacción internacional con AFP

En Luang Prabang, capital turística de Laos, el flujo de visitantes afecta la tranquilidad de la ciudad, donde los monjes budistas desde que sale el sol empiezan a pedir limosna en las calles repletas de gente.

"No había nadie en la calle cuando nos levantamos, pero ahora esto parece una marea humana", dice Shi Qii, turista de 30 años que vino de China.

Inscrita desde 1995 en el patrimonio mundial de la Unesco, Luang Prabang se destaca por sus pagodas ampliamente decoradas, testimonio del pasado de la antigua capital.

La ciudad histórica, que tiene menos de 25.000 habitantes, atrajo a unos 800.000 visitantes durante los nueve primeros meses de 2023, según los últimos datos difundidos por la agencia de prensa estatal.

La provincia de Luang Prabang apuesta a atraer tres millones de turistas en 2024, o sea una gran parte de los 4,6 millones de visitantes esperados este año en el país, que espera obtener 712 millones de dólares de ingresos, según el medio oficial.

El turismo, impulsado por la reciente construcción del tren de gran velocidad, es una de las escasas fuentes de divisas extranjeras para una economía moribunda desde la pandemia, en medio de la inflación y la deuda masiva con China.

Pero en Luang Prabang, el flujo de curiosos se acompaña de molestias que perturban la serenidad de la ciudad dormida en un meandro del Mékong.

Inversiones chinas

Cada mañana, monjes ataviados de túnicas azafranadas recorren las calles para recolectar limosna entre los habitantes (su comida del día), costumbre colorida que suscita cada día la toma de millas de fotografías.

Los habitantes se quejan de que la procesión, típica de los países budistas del sudeste asiático, se convirtió en una sesión fotográfica.

"Toman fotos en vez de comprar algo" para ofrecer a los monjes, se lamenta un comerciante de 30 años, que vende canastas de ofrendas que contienen arroz glutinoso, por 50.000 kips (dos euros).

Pero "si no hay suficientes turistas, perdemos dinero", reconoce el comerciante, que rechaza dar su nombre. Hablar a los medios de prensa extranjeros es considerado peligroso en el país, donde el poder comunista ejerce un control casi total de la prensa.

Cerca de allí una joven impreca a los turistas para que no se acerquen mucho a los monjes.

El gobierno de Laos apuesta por el desarrollo de la línea de gran velocidad, que comunica desde 2021 la capital Vientiane con la frontera china, a través de Luang Prabang, para tratar de abrir este país montañoso que no tiene salida al mar.

La nueva estación de Luang Prabang está a unos 30 minutos por la carretera del centro. Tiene una inscripción en lao y mandarín, que recuerda que China financió una gran parte de los 6.000 millones de dólares que costó la construcción de la línea.

Ahora se necesitan menos de nueve horas para llegar a Kunming, a cerca de 1.500 kilómetros de ahí, en el suroeste de China, gracias a un tren directo diario. Un trayecto que en la práctica solo podía ser efectuado en avión antes.

"Destino principal"

Luang Prabang, también descrita como “La Joya de la Corona de Laos”, destaca tanto por las atracciones naturales y artificiales, como por sus monjes y sus 33 monasterios budistas.

La ciudad ha logrado preservar su larga tradición y encanto, exudando un ambiente perdido en la modernización. Sin embargo, aquí se puede apreciar de todo: desde templos con techos dorados hasta vestigios de la arquitectura colonial francesa.

De igual forma, en las afueras del centro de la ciudad hay exuberantes selvas con kilómetros de senderos que conducen a hermosas cascadas y cuevas de piedra caliza.

Zhang Ying, una turista de 70 años que acaba de llegar en tren de Chongqing (suroeste de China), quiso siempre visitar el “Reino del Millón de Elefantes", uno de los sobrenombres de Laos.

"Este país es un destino principal en potencia y probablemente se desarrollará en el futuro, especialmente con las nuevas rutas de la seda de Xi Jinping", dice, en alusión al vasto programa de infraestructuras lanzado por el dirigente chino.

Los expertos saludaron el potencial económico ofrecido por esta primera vía férrea de Laos. Pero también se preocuparon por los riesgos que representa esta nueva deuda para la modesta economía del país.

Habitantes interrogados por la AFP subrayaron que los ingresos generados por el tren chino están desigualmente repartidos.

Y los apacibles paseos en barco por el Mekong al atardecer se han transformado cada vez más en cruceros karaoke.

"El estilo cambió", reconoce el propietario de tres barcos. "Eso destruyó la tranquilidad".

Aquí sonrió Buda

Luang Prabang está situada en el norte de Laos, en el corazón de una región montañosa. La ciudad está construida sobre una península formada por el Mekong y el río Nam Khan. Las cadenas montañosas (en particular las montañas PhouThao y PhouNang) rodean la ciudad con una exuberante vegetación.

Muchas leyendas están asociadas con la creación de la ciudad, incluida una que cuenta que Buda habría sonreído cuando descansaba allí durante sus viajes, profetizando que algún día sería el sitio de una ciudad rica y poderosa.

Conocida como Muang Sua, luego Xieng Thong, desde el siglo XIV hasta el XVI la ciudad se convirtió en la capital del poderoso reino de Lane Xang (Reino del Millón de Elefantes), cuya riqueza e influencia estaban relacionadas con su ubicación estratégica en la Ruta de la Seda.

La ciudad también fue el centro del budismo en la región y tomó su nombre de una estatua de Buda, el Prabang, ofrecida por Camboya.

Tras el establecimiento del Protectorado francés en 1893, luego de un período de agitación durante el cual el país se dividió en tres reinos independientes, Luang Prabang volvió a convertirse en la capital real y religiosa durante el reinado de Sisavang Vong. Desempeñó este papel hasta que Vientiane se convirtió en la capital administrativa en 1946.

Luang Prabang es excepcional por su rico patrimonio arquitectónico y artístico, que refleja la fusión de la arquitectura urbana tradicional de Laos con la de la época colonial. Su paisaje urbano notablemente bien conservado refleja la alianza de estas dos tradiciones culturales distintas.

La riqueza de su arquitectura refleja la mezcla de estilos y materiales. La mayoría de los edificios son, siguiendo la tradición, estructuras de madera. Sólo los templos son de piedra, mientras que las casas de ladrillo de uno o dos pisos caracterizan el elemento colonial de la ciudad.

Las numerosas pagodas o "Vat" de Luang Prabang, que se encuentran entre los templos budistas más sofisticados del sudeste asiático, están ricamente decoradas (esculturas, grabados, pinturas, dorados y muebles).

Wat Xieng Thong, que data del siglo XVI, comprende un conjunto de las estructuras más complejas de todas las pagodas de la ciudad. Es notable tanto desde el punto de vista arqueológico como desde el punto de vista iconográfico y estético de Laos.

El patrimonio construido de Luang Prabang está en perfecta armonía con el entorno natural. El monte sagrado Phousi se encuentra en el corazón de la ciudad histórica construida en la mencionada península delimitada por el Mekong y el Nam Khan, dominio de los míticos nagas. Las ceremonias para apaciguar a los nagas y otros espíritus malignos, y las prácticas religiosas budistas (la procesión de Prabang, la búsqueda matutina de los monjes) perpetúan la santidad del lugar.

Por todo ello es uno de los sitios más bellos del mundo y digno de conocer. Pero, el creciente turismo empieza a incomodar a sus residentes, aunque son conscientes deque sin esa industria no podrán sobrevivir.