Junto a Roxana Baldetti, la primera mujer que jurará como vicepresidenta en ese país centroamericano, prometerá construir un país más seguro y menos desigual.
Lo primero que hará mañana, tras jurar como presidente de Guatemala el derechista Otto Pérez, el primer ex militar que asume esa dignidad de Estado en 26 años de democracia será enfrentar la miseria y la violencia del crimen organizado que asfixian a este país centroamericano.
Autoproclamado el "general de la paz" por haber firmado a nombre del Ejército los acuerdos que pusieron fin a 36 años de guerra civil en Guatemala en 1996, Pérez fue elegido para gobernar por cuatro años con la consigna de enfrentar la espiral de violencia que arrastra al país y la pobreza que afecta al 53% de los 14,3 millones de guatemaltecos.
Amparado en su entrenamiento militar, el combate a la violencia centró el discurso de "mano dura" que logró convencer a una población agobiada por los 16 muertos que se registran a diario en el país, uno de los promedios más altos del mundo.
Acusado por grupos humanitarios de violaciones a los derechos humanos, Pérez fue jefe de unidades en las zonas más duras del conflicto armado, como en Quiché, donde según la ONU se registró el 45% de las 200.000 víctimas de la guerra.
Quienes acusan "no encontraron nada, porque no hay nada", dijo Pérez molesto, cuando periodistas lo interrogaron sobre el tema en la campaña electoral.
Hace pocos días un juzgado desestimó una denuncia que lo vinculaba con la desaparición del ex comandante guerrillero Efraín Bámaca, esposo de la estadounidense Jennifer Harbury.
Pérez llegó a los salones gubernamentales en 1993 como jefe de Estado Mayor Presidencial -ente encargado de la seguridad del mandatario, acusado de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones a los derechos humanos-, y se retiró del Ejército en 2000. Un año después fundó el Partido Patriota y fue diputado entre 2003 y 2007.
Sufrió un atentado en febrero de 2001, cuando desconocidos dispararon contra el vehículo en que viajaba con su esposa y su hija, tres días antes de fundar su partido.
A pesar de su experiencia parlamentaria, es de hablar parco y cortante, adquirido en 34 años de vida cuartelera.
Según sus allegados, es un hombre que "prefiere escuchar chistes a contarlos", y le destacan como virtud el oír consejo de sus asesores a la hora de tomar decisiones, y su capacidad de trabajo casi obsesiva para lograr sus metas.
Hace 12 años que colgó su uniforme de general. Mañana vestirá un traje negro diseñado por la lujosa casa italiana Salvatore Ferragamo, y llevará un Rolex, lo que generó críticas de ciertos sectores por tratarse de un país tan pobre.
Pérez habituó a los guatemaltecos a una imagen informal. La campaña la hizo siempre en pantalones jeans, camisas sport y chaqueta sin mangas.
Aunque de cabello cano y pese a que dejó hace rato el riguroso entrenamiento militar, mantiene un estado atlético envidiable, favorecido por su afición al tenis.
Nacido en Ciudad de Guatemala el 1 de diciembre de 1950, está casado desde 1971 con Rosa Leal, con quien tuvo dos hijos, Lissete -administradora de empresas- y Otto, quien ganó la alcaldía de Mixco, un municipio cercano a la capital, por el mismo partido de su padre.
Pérez sustituirá al socialdemócrata Álvaro Colom para gobernar por un periodo de cuatro años, con un Congreso dividido en 13 fuerzas políticas y cuyos 158 diputados serán juramentados el sábado antes del traspaso de la banda presidencial./EL NUEVO SIGLO – AFP