Frenar la ola de violencia que tiene azotado al departamento y a Cali, pidió el arzobispo de Cali, Darío Monsalve, a las autoridades. El prelado mostró su preocupación ante el incremento de muertes en las ciudades en el Valle del Cauca. Hizo un llamado a las autoridades locales y a los empresarios para que todos aúnen esfuerzos y busquen soluciones para evitar este fenómeno. Manifestó que se necesitan más oportunidades de trabajo en la región para elevar el desarrollo de la población.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo es la situación de violencia que se vive en la ciudad de Cali?
DARÍO MONSALVE: Muy preocupante porque el número de muertos y de hechos de violencia desde la intrafamiliar, hasta el cobro de cuentas o las venganzas es muy elevado en todas nuestras ciudades del Valle y nos preocupa que esa zona tan superpoblada en sus zonas urbanas, Valle es una provincia eclesiástica de ciudades no tenga una agenda de paz, ni los gobiernos las tengan para sus ciudades, ni el Estado como entidad nacional haya incluido en estas agendas la paz urbana.
ENS: ¿Qué se ha determinado por parte de la Iglesia?
DM: Por eso estamos propiciando el surgimiento de un plan urbano regional y la arquidiócesis de Cali, la provincia eclesiástica buscamos llegar a la gente a la que nos debemos, pero también a los gobiernos locales y del departamento al Estado, a los empresarios, a quienes manejan los hilos de la economía para que construyamos juntos las oportunidades de reconciliación, de empoderamiento, del desarrollo en esas zonas urbanas.
ENS: ¿Y cómo están llegando a esos sectores?
DM: Estamos llegando a los sectores de víctimas y de victimarios, y a los sectores comunitarios lógicamente a través de nuestras redes de Iglesia y a los sectores de élites y de gobiernos también los hemos sentado con nosotros, en nuestras casas episcopales y estamos animándolos que en sus planes de desarrollo contemplen, presupuesto e iniciativas concretas en este sentido, habrá que hacer un acompañamiento mucho más grande relacionado con los empresarios, no son muy abiertos.
ENS: ¿Por qué dice que no son abiertos los empresarios?
DM: El empresariado del Valle es más bien en esta época cerrado, si bien en el pasado trabajaron con fundaciones sociales y en conjunto con la Iglesia, creo que hay mucha prevención, y mucho prejuicio pensando más en el poder político y electoral que en las próximas y futuras generaciones del país, y en la superación de los males, entonces hay mucha división, más que todo polarización política, se juntan a veces los odios.
ENS: ¿Cómo debe ser la construcción de paz?
DM: La construcción de paz para muchos sectores económicos se vuelve muy difícil.
ENS: ¿Con la reinserción de ex guerrilleros no le preocupa que se incremente la violencia?
DM: La violencia no necesita de nada para incrementarse porque crece por sí sola lastimosamente, lo que necesitamos es articular una voluntad de paz global general para que no se presten a todo este mecanismos de camuflaje y de sustitución de fuerzas oscuras, violentas, para crear mal ambiente y enrarecer lo poquito que se va logrando en estos acuerdos. Creo que por el contrario esas zonas de concentración sí están bien planeadas para que pasen a zonas de reintegración social van a requerir el concurso de empresarios e instituciones que tenemos cupos de empleo y ofrecer espacios para la preparación inmediata de quienes van a ser reintegrados a la sociedad.
ENS: ¿Hay crisis de salud en el Valle, eso no ayuda un poco a la violencia urbana?
DM: Es un desastre, apenas se está pensando en qué solución se toma, pero si alguien visita el hospital universitario del Valle queda horrorizado, eso no es ni siquiera un hospital de guerra, la mugre, el desorden, caos, la no prestación de servicios, el hacinamiento de personas, la alimentación hecha, son situaciones azarosas. Yo sí creo que la situación de Salud en el Valle es muy grave y el problema del hambre.