El presidente francés François Hollande hizo gala esta semana de todo el influjo que esa histórica nación ha acumulado a lo largo de varias centurias en las que su país ha enfrentado los retos más difíciles desde el punto de vista político, militar, social, ideológico, económico e institucional. Un influjo que tiene a Francia como el eje más representativo de la democracia y la prevalencia de los derechos humanos, no sólo en el viejo continente sino a nivel mundial.
El liderazgo demostrado por el mandatario galo ante el enorme desafío que el radicalismo musulmán ha planteado a Francia, no sólo pone de presente el rol que debe tomar un Jefe de Estado ante una amenaza sin igual a la seguridad nacional y la vida de sus gobernados, sino que acalló a sus críticos que, en un principio, de manera apresurada y claramente politizada, quisieron responsabilizar al Palacio del Elíseo de la barbarie cometida días atrás por los comandosyihadistas que perpetraron los atentados del viernes 13 de noviembre que dejaron más de 140 víctimas mortales y decenas de heridos.
Hollande no se detuvo ni perdió el tiempo en esas controversias políticas menores e internas. Todo lo contrario, llamó a todos los franceses a actuar de manera conjunta frente a la amenaza terrorista y demostrar, una vez más, que su país puede superar este desafío violento y bárbaro, acudiendo para ello al imperio de la ley y el orden. No dudó el Presidente en advertir que su país “estaba en guerra” contra las facciones radicales del ‘Estado Islamico’, al tiempo que decretó las medidas de excepción correspondientes para dar con el paradero de la célula terrorista que planificó los atentados. Fue así como, tras superar el primer impacto de la acción violenta en la Ciudad Luz, en cuestión de horas no sólo se pudo identificar a gran parte de los yihadistas detrás de los ataques, sino señalar con nombre propio al cabecilla, mismo que fue dado de baja el miércoles pasado en la mega-operación policial realizada en el sector de San Dennis. Se trató de un golpe de mano rápido y contundente contra el grupúsculo terrorista que confiaba en que mantenerse en París, muy cerca al lugar de los atentados, les garantizaría librarse de ser identificados, capturados o abatidos en medio de la cacería que todas las autoridades europeas montaron en el bloque comunitario para dar con su paradero.
Es claro que si bien no se puede ocultar ni minimizar el debate en torno de las graves fallas de Inteligencia y seguridad internas que no permitieron detectar ni neutralizar a tiempo a este comando yihadista, el hecho de haberlo desmantelado en tiempo récord tras los atentados, envía un mensaje contundente a todo el mundo respecto de que esta clase de ataques no quedarán impunes y sus responsables serán perseguidos sin tregua y hasta las últimas consecuencias.
Por igual, Hollande puso de presente que si bien el terrorismo se ha ensañado con Francia, la amenaza es para toda Europa y, por lo tanto, haciendo uso de los acuerdos comunitarios llamó a todo el continente a ir más allá de la solidaridad y los actos de pésame, activando de una vez por todas una estrategia multinacional para acabar con las células yihadistas que se han enquistado en muchos Estados miembros, pero que por la falta de coordinación de las autoridades han podido actuar y fortalecerse pasando de una frontera a otra en cuestión de horas.
Así fue que el mandatario francés logró posicionarse como el líder nacional que requiere un país cuando afronta un peligro de la dimensión del radicalismo musulmán. Si bien las victimas mortales no volverán y el daño está hecho, Francia ha sabido mantenerse en pie ante la barbarie y el fanatismo religioso, sin declinar sus valores y principios, como lo prueba el hecho de que lejos de disminuir sus operativos contra el yihadismo radical en Siria e Irán, redobló sus bombardeos allí.
Es en estos momentos de angustia y dolor en donde se conoce el talante y carácter de los líderes. El mandatario francés no ha sido inferior a su responsabilidad como Presidente de una de las naciones de mayor tradición democrática en la historia del planeta.