Francia endureció el tono contra sus exiliados fiscales en Suiza, con una nueva medida publicada el día después de Navidad, que podría tener graves consecuencias para los franceses instalados en la Confederación, informó este sábado el diario Le Temps.
Según este texto, que publicó la Dirección General de Finanzas Públicas, Francia no concederá más el beneficio del convenio de doble imposición a los franceses instalados en Suiza y que pagan una tasa fiscal plana "con recargo". Esta práctica existía desde hace 40 años "en virtud de un acuerdo entre Francia y Suiza", explica Le Temps
Esta tolerancia, instaurada en 1972, fue suprimida a partir del 1 de enero de 2013.
La medida afecta a los exiliados fiscales que continúan ejerciendo una actividad profesional en Francia o percibiendo dividendos, pero que no pagaban impuestos, al estar domiciliados fiscalmente en Suiza.
Para tener derecho a este trato de favor, aceptaban pagar sus impuestos en Suiza bajo la forma de una tasa fiscal plana con un recargo del 30%.
A cambio, la administración fiscal suiza les entregaba un certificado de domicilio fiscal que les permitía beneficiarse del convenido de doble imposición franco-suizo firmado en 1966.
Con este documento, se consideraba a estos franceses como domiciliados en Suiza y, por tanto, pagaban menos impuestos en Francia. Así, únicamente pagaban el 15% de retención en la fuente en Francia sobre sus dividendos, en vez del 30%, cuando no se es beneficiario del convenio de doble imposición.
El abogado suizo Philippe Kenel, en declaraciones a Le Temps, dijo que si Francia decide excluir realmente del beneficio del convenio a todos los exiliados fiscales franceses en Suiza, "el resultado será exactamente el contrario de lo esperado por los franceses", pues los exiliados "cortarán todos sus vínculos con el Hexágono para protegerse".
A finales de 2010, Suiza contaba con 5.445 residentes extranjeros multimillonarios, 2.000 de los cuales eran franceses, que se beneficiaban de la tasa fiscal, un sistema muy ventajoso para ellos.
Después de que los países vecinos la criticaran por este sistema, el año pasado Suiza decidió endurecer las condiciones de esta tasa, aumentando el monto del impuesto.